La barnacla carinegra hrota (Branta bernicla hrota) es un ave poco común.
Su migración es, por tanto, un evento seguido de cerca por los conservacionistas.
Este año, unos cuatro mil ejemplares han llegado a la reserva natural Lindisfarne, en la Isla Holy, al noreste de Inglaterra, para pasar el invierno.
Pero la población mundial se estima en seis mil ejemplares, todos con los mismo hábitos migratorios, así que se desconoce el paradero de al menos dos mil de ellos.
La clave de este misterio es que deberían estar en Dinamarca, pero no es así.
¿Adónde han ido entonces? Durante el verano, este ave cría a sus polluelos en las islas Svalbard y Franz Josef, en el Ártico.
Una vez que han anidado, todos los individuos abandonan su territorio de cría para evitar el crudo invierno.
La mayoría de los años, 99% de la población se dirige hacia dos lugares: el Reino Unido, específicamente hacia la reserva de Lindisfarne, y hacia Dinamarca.
Sin embargo, este año el intenso frío que ha experimentado el norte de Europa ha congelado los humedales daneses, forzando a las aves que suelen llegar allí a buscar otros territorios en los que asentarse y alimentarse.
Se esperaba que ese territorio fuese Lindisfarne, al que ya ha llegado un número inusualmente alto, pero hasta ahora no ha sido así.
El gerente general de la reserva de Lindisfarne espera que las dos mil aves cuyo paradero se desconoce hayan encontrado otro lugar no usual en el cual pasar el invierno.
Y aunque la llegada de cuatro mil de estas aves es todo un placer para los observadores de aves y para los amantes de la naturaleza en general, es un pensamiento aleccionador el que prácticamente toda la población mundial dependa de sólo un par de lugares de Europa para su supervivencia en el invierno.
Lindisfarne, en la Isla Holy, es una reserva dirigida por la organización Natural England y cubre más de 36 kilómetros cuadrados de dunas de arena, praderas costeras y marismas a lo largo de la costa de la región de Northumberland.
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