Las compañías que desean explotar las reservas de gas natural que existen en el estado estadounidense de Pennsylvania han lanzado una campaña de relaciones públicas como respuesta al miedo que se ha desarrollado entre los residentes del estado sobre la posibilidad de que el agua resulte contaminada con químicos tóxicos debido a las perforaciones para extraer el gas.
Según publica Reuters, las compañías están organizando reuniones abiertas para asegurar al público que los químicos usados para extraer el gas no puede llegar a las fuentes de agua potable.
Al parecer, hay docenas de reportes anecdóticos sobre suministros de agua de áreas de producción gasífera que han sido contaminados.
Estas empresas tiene que convencer al público de que estará a salvo, o de lo contrario las protestas amenazan con impedir la explotación de una zona de 18 millones de hectáreas conocida Marcellus Shale, que según los geólogos puede contener suficiente gas natural para cubrir la demanda de Estados Unidos durante una década.
Los habitantes de las zonas cercanas a las explotaciones de gas dicen que el agua de los pozos se ha decolorado -¿es que suele tener color?- y un olor desagradable.
Dicen que sus mascotas y animales de granja han muerto después de beberla, y que sus niños han sufrido de diarreas y vómitos.
Reuters señala que es así como se están dibujando las líneas de batalla en Estados Unidos para reducir la dependencia del petróleo extranjero y reducir las emisiones de CO2.
Marcellus Shale contiene las reservas de gas natural más grandes del país.
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