El modelo de coche eléctrico que ves en la fotografía puede parecer simple, pero es realmente milagroso si consideramos que fue fabricado por alumnos de primer curso de la Universidad de Sidney (Australia).
“La facilidad con la que hemos construido este coche demuestra que fabricar coches eléctricos es la gran oportunidad que las pequeñas empresas estaban esperando para entrar en la gran industria automovilística“, opinan los impulsores de este proyecto.
Su tesis es sencilla, y yo diría que hasta revolucionaria: Mientras las grandes marcas de coches están luchando por sobrevivir introduciendo en sus catálogos increíbles modelos ecológicos, éstos constituyen toda una gran ocasión para las nuevas empresas, que pueden introducirse en el sector ofertando productos sencillos que satisfagan las necesidades de los consumidores.
Pues bien, Mango es la perfecta demostración de su teoría.
Así es como se llama el coche eléctrico que alumnos de la Facultad de Ingeniería han culminado con éxito en Sidney.
Cuentan que no tiene frenos, recarga su batería con el movimiento de las ruedas cuesta abajo, gracias a los motores que llevan cada una de las ruedas, y que acaba con los ejes y las cajas de cambio.
Para fabricarlo ha sido necesaria la participación de medio centenar de estudiantes, que pasaron cinco meses improvisando juntos, uniendo trozos de madera, espuma y fibra de vidrio, hasta conseguir dar vida definitiva al coche que luego bautizarían con el nombre de Mango.
El profesor que impulsó la idea y dirigió su fabricación, Michael Roberts, habla sobre el resultado conseguido:Es un diseño bastante radical: tiene cuatro ruedas con un motor en cada rueda, eliminando la necesidad de los frenos mecánicos.
Los motores son utilizados como frenos y recargan la batería del coche cuando está corriendo por la colina.
No hay ejes, diferencias ni cajas de engranajes.
Así que el coche es ágil, ligero y barato para correr.
También hace que el coche sea fácil de construir: la mecánica ha sido reemplazada con software y electrónica de bajo costo.
Los motores de las ruedas serán tres veces más eficientes que un motor de gasolina.
Y la eficiencia se fortalece aún más porque la energía eléctrica puede ser recuperada y utilizada para recargar la batería.
El prototipo requiere mucha más inversión que si se convirtiera en un vehículo comercial.
(Traducción libre)Vía
