Hay tradiciones y tradiciones y no vale decir siempre como excusa que es parte de la cultura propia de un país.
Si siempre hiciéramos eso, aún estaríamos quemando brujas.
El caso es que en Canadá por fin se está armando una bueno por la caza anual de focas.
Esta vez, los activistas que defienden al pobre animal cuentan con una pequeña ayuda internacional.
Este año parece que por fin las autoridades van a escuchar lo que los ecologistas y conservacionistas tienen que decir sobre la caza indiscriminada de focas.
De hecho, en Hong-Kong, ya se llevan las manos a la cabeza cuando una de sus populares estrellas pide movilizaciones en contra y, en Rusia, se está aprobando una ley para que se prohíba la caza de focas menores de un año.
La indignación entre los defensores de los animales es bien alta.
Si el año pasado el gobierno canadiense permitió la caza de 275.
000 focas, este año ha incrementado el número de animales cazados y este ya llega a 280.
000.
Después, que se atrevan a ir de garantes de la naturaleza…La caza de focas es cruel, difícil de seguir con exactitud (se dice que se caza mucho más de lo permitido), ataca a buena parte de las focas del país -afectando al entero ecosistema nórdico- y no significan unas ganancias muy altas para sus venderos.
No entiendo como no ven que todo son problemas.
El gobierno canadiense sostiene que desde 1970 se ha mejorado mucho las cosas.
Afirman que ese año la especie se encontraba en una situación dramática de tan sólo 1.
8 millones de animales.
Según ellos, su gestión ha permitido que actualmente en Canadá hayan 5.
6 millones de focas.
Cuesta de creer cuando se permiten tales matanzas.
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