No van a bajar los brazos.
Los ecologistas británicos están resistiendo como pueden contra el decretazo laborista para sacar adelante la tercera pista de Heathrow.
Ni la presencia de Emma Thompson, ni los sucesivos intentos de sabotear los planes de su construcción han podido con un proyecto que parece interesar más al gobierno británico que a sus ciudadanos.
Y, si hace falta liarse a “natillazos” con el que más manda, se hace.
Que se lo digan al ministro de Empresa, Peter Mandelson, que viernes recibió la visita de una simpática activista que lo rocío con un líquido verde en señal de protesta a los oídos sordos que se está haciendo a las críticas al proyecto.
Tal vez, la sustancia que dejó hecho un pincel al ministro sea lo único verde que se vea en toda la tercera pista de Heathrow pero, como mínimo, nos muestra que aún hay gente implicada incluso cuando ya no hay esperanza de que se pueda hacer nada.
Al menos la secuencia quedará para la posteridad, la cual cosa no debe ser muy buena para el gobierno laborista del premier Gordon Brown.
Lo más curioso de todo, es que Mandelson recibió el humillante ataque justo cuando se disponía a entrar a una conferencia con varios representantes de la industria británica dispuestos a discutir sobre reducciones de CO2.
Supongo que ver llegar al ministro rociado con la natilla verde en cuestión les hizo darse cuenta que, si siguen haciendo reuniones como tapaderas de inactividad ecologista, tal vez ellos sean los siguientes en acabar así.
Por su parte, Mandelson respondió al ataque afirmando que se trataba de una chiquillada y le restó importancia.
Nuestro amigo británico tal vez hubiese preferido que la activista fuera armada o algo así porque lo que viene a decir es que ¿si no llevas una arma cargada de qué sirve protestar por una causa justa? Tranquilícense, no estoy haciendo apología de la violencia, es tan sólo una ironía.
Lo dicho, que Leila Deen (la activista) ha conseguido situar en el ojo mediático de media Europa sobre el ministro de Empresa Británico gracias a un “natillazo”.
Ya puede estar al mismo nivel que otros “tartazos”, “zapatazos” o “huevazos” ilustres.
¿Les suena alguno?Vía
