Hoy es el Día Mundial del Corazón, un día para reflexionar sobre el cuidado de nuestro órgano más crítico en la circulación. En la actualidad, las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte a nivel mundial, y se estima que la cantidad de casos de estas enfermedades aumentará drásticamente en 2030.
Esta preocupante realidad nos impulsa a reconsiderar nuestros estilos de vida y a replantearnos hábitos que puedan ser perjudiciales para nuestra salud cardiovascular. De cara a minimizar estos riesgos, es recomendable incorporar la actividad física a nuestro día a día y tener en cuenta los alimentos que consumimos, los cuales pueden influir considerablemente en nuestra salud futura.
Controlar el tamaño de nuestras raciones de comida es un aspecto que a menudo se nos pasa por alto, especialmente cuando comemos fuera. Tomar conciencia de la cantidad de comida que consumimos puede ayudarnos a evitar comer en exceso, algo que será más fácil si optamos por servir nuestras comidas en platos más pequeños, o utilizando tazas o cuencos.
Al implementar cambios en nuestra dieta, debemos dar preferencia a frutas y vegetales, que no sólo son bajas en calorías sino también ricas en nutrientes. Consumir estos alimentos a diario nos permitirá llevar una dieta equilibrada y mejorar nuestra calidad de vida. De igual forma, los cereales integrales también pueden proveernos con nutrientes cruciales que nos ayudarán a mantener nuestra presión arterial en niveles saludables. Si no estás familiarizado con el mijo, la cebada, la quinua o el arroz negro, vale la pena probarlos, ya que su alto contenido de fibra y bajo contenido calórico ofrecen beneficios notables para nuestra salud.
Debemos evitar ciertos alimentos que no favorecen nuestra intención de mantener nuestra salud cardiovascular óptima. Por lo tanto, es aconsejable restringir la ingesta de grasas saturadas y trans, que pueden elevar los niveles de colesterol en la sangre y posibilitar la aparición de enfermedades como la ateroesclerosis, aumentando el riesgo de sufrir un infarto o un accidente cerebrovascular.
Para evitarlo, es necesario monitorear el consumo de carne procesada o roja, bebidas endulzadas o con edulcorantes químicos, así como todos los alimentos procesados, carbohidratos refinados y un alto consumo de sal, ya que puede incrementar la presión arterial.
La mejor opción frente a estos vicios alimenticios es seleccionar fuentes de proteínas de bajo contenido calórico, optando por pescado, carne de aves, legumbres, huevos y productos lácteos bajos en grasa. El pescado es de particular relevancia, pues es fuente de ácidos grasos omega-3, que contribuyen a la disminución de los temidos triglicéridos.