El lunes 30 de octubre de 2017, el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, cuyo mandato fue revocado tres días antes por el Gobierno de Mariano Rajoy aplicando el artículo 155 en respuesta a la declaración unilateral de independencia de Cataluña, sube a las 8:00 am una foto del interior del Palau en sus redes sociales con un mensaje corto y una cara sonriente que decía: «Bon dia».
La publicación dejó perplejos a los numerosos periodistas que se encontraban congregados desde temprano frente a la sede del Gobierno catalán. Ese lunes, la Fiscalía General del Estado planeaba presentar cargos contra el líder independentista y su equipo por rebelión, sedición y malversación.
Además, la atención estaba centrada en el edificio en la plaza de Sant Jaume, ya que toda España, y particularmente Cataluña, se preguntaba si Puigdemont acudiría a su puesto de trabajo que ya no existía, con el intento de proyectar una imagen de normalidad y resistencia después de que el Gobierno tomara el control de los poderes autónomos de la región.
La fotografía subida por el expresidente sugería que estaba en su oficina. Sin embargo, nadie lo vio entrar y con el transcurso del día, nadie más lo vería. No está claro cuándo tomó Puigdemont la fotografía, pero se sabe que no lo hizo desde España.
El líder de Junts ya llevaba varias horas fuera de España cuando publicó la foto, gracias a una huida en la que participaron su esposa, Marcela Topor, y cuatro mossos, incluido el condenado y recién indultado Lluís Escolà. Un día después, Puigdemont aparece en Bruselas para confirmar su huida de España y presentarse como un exiliado.
El antiguo mandatario, después de siete años, hará su regreso a España, más precisamente el jueves de esta semana. Este mismo día será la toma de posesión que convertirá a Salvador Illa, socialista, en el nuevo presidente de la Generalitat, gracias al acuerdo logrado la semana anterior con ERC.
Se presume que habrá una detención. Sin embargo, el misterio yace en el momento exacto en que sucederá. Esto se debe a que el juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, aún tiene en pie su orden de arresto y rechaza, hasta el momento, otorgar amnistía al delito de malversación que Puigdemont pudo haber realizado.
La policía planea realizar la detención de una manera que evite convertirse en un espectáculo. No obstante, si la detención ocurre este jueves, será complicado evitar tal escena dada que Junts ha organizado un evento de bienvenida en el Parlament. Josep Rull, presidente de dicha institución, ya ha declarado que detendrá la sesión si el líder de su partido es arrestado.
El líder independentista ha tenido variados episodios notables en estos últimos siete años. Entre ellos se encuentran dos detenciones y la obtención de la inmunidad tras obtener su puesto en el Parlamento Europeo, la creación del Consejo por la República y una foto que ‘hostiga’ al PSOE, en la que aparece junto a Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE, durante las negociaciones para investir presidente a Pedro Sánchez.
Su exilio a Bruselas
Su huida a Bruselas ha sido mitificada y distorsionada. Es cierto que Puigdemont cruzó la frontera con Francia el 29 de octubre y voló desde allí a Bruselas. También engañó a sus propios partidarios compartiendo una foto del interior del Palau de la Generalitat el 30 a las 8:00 a.m. Sin embargo, no se ha demostrado que abandonó España oculto en el maletero de un coche, como los sectores más extremos contra la independencia afirman insistentemente.
Tenemos conocimiento de que el antiguo presidente cambió de vehículo hasta dos veces para asegurar el éxito de su escape. En esta travesía, su esposa Marcela Topor, cuatro mossos (entre ellos Lluís Escolà, que lo acompañó durante parte de su viaje por Europa) y el empresario Josep Maria Matamala, amigo personal de Puigdemont, desempeñaron papeles significativos.
Cuando Mariano Rajoy, el presidente de aquel entonces, aplicó el artículo 155 en Cataluña, Puigdemont, su esposa y sus dos hijas se trasladaron a su casa en la urbanización Golf de Girona, en Sant Julià de Ramis. A partir de ahí, emprendió una huida en coche que terminó en Marsella. Allí se juntó con los exconsellers Toni Comín, Lluís Puig, Joaquim Forn y Dolors Bassa. Los dos primeros están actualmente en Bruselas, mientras que los dos últimos estuvieron brevemente en la capital europea antes de regresar a España para enfrentar sus cargos judiciales.
Puigdemont tomó un vuelo de Ryanair a Bruselas y un día después, el 31 de octubre, dio una rueda de prensa ante cientos de periodistas de todo el mundo para anunciar que su decisión se veía motivada por su deseo de «hacer patente el problema catalán en el núcleo institucional de Europa y denunciar la politización de la justicia española». Pocos días después, el líder de Junts se establecería en una mansión de 500 metros cuadrados en Waterloo, a la que posteriormente bautizaría como la «Casa de la República».
Su entrega a la justicia belga y sus dos arrestos
El 3 de noviembre, la jueza de la Audiencia Nacional Carmen Lamela emitía una orden europea de arresto contra Puigdemont y los exconsellers que habían escapado de la justicia española. El líder catalán decidió entregarse el 5 de noviembre en un tribunal de Bruselas, cuyo juez le concedió la libertad con medidas cautelares.
Un mes después, preocupado por la posibilidad de que la justicia belga invalidara la euroorden, el juez Llarena decidió retirarla. Sin embargo, la volvió a poner en marcha poco tiempo después. Este acto tuvo lugar el 5 de diciembre, y el 21 de ese mismo mes, Puigdemont lideró la lista de Junts en las elecciones organizadas por el Gobierno central. Aunque Ciudadanos logró la victoria, el bloque independentista obtuvo la mayoría absoluta. El 22 de enero de 2018, el entonces presidente del Parlamento catalán, Roger Torrent, propuso a Puigdemont como candidato a la Presidencia de la Generalitat. No obstante, el Tribunal Constitucional anuló cualquier posible investidura a distancia cinco días después.
Después de abandonar su deseo de ser presidente nuevamente, Puigdemont fue arrestado dos veces. La primera detención ocurrió en Alemania el 25 de marzo de 2018, mientras cruzaba la frontera desde Dinamarca en coche, como resultado de la nueva euroorden emitida por el juez Llarena.
La inquietud que tenía el juez acerca de lo que podría suceder si mantenía la euroorden, al final, se confirmó: Puigdemont estuvo encerrado diez días en una prisión de Neumünster, pero la justicia alemana liberó provisionalmente al líder independentista tras descartar que haya cometido un delito de rebelión.
El 12 de julio, las autoridades alemanas informaron al juez Llarena de que permitirían la extradición de Puigdemont a España, pero sólo para ser juzgado por malversación de fondos, situación que el juez rechazó. De esta forma, volvió a derogar la euroorden.
El exmandatario de la Generalitat fue arrestado nuevamente en Cerdeña, Italia, el 22 de septiembre de 2021, bajo una orden de captura emitida por el Tribunal Supremo. No obstante, fue puesto en libertad al día siguiente, con el justificativo de su inmunidad para moverse libremente por cualquier territorio comunitario.
Justamente, su inmunidad, que obtuvo al convertirse en eurodiputado tras las elecciones de 2019, ha sido uno de los temas más controversiales desde su salida de España hace casi siete años y ha estado contínuamente en juicio.
En las elecciones europeas del 26 de mayo, Junts alcanzó cerca de un millón de votos, que se convirtieron en dos escaños. Como líder de la lista, el exmandatario de la Generalitat tenía garantizada su asistencia al pleno de Estrasburgo. Sin embargo, el 17 de junio, el Parlamento Europeo le impidió asumir su cargo ya que no había viajado a Madrid para jurar la Constitución.
El dirigente independentista, junto con Toni Comín, decidió apelar esta decisión ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea… y tuvieron éxito en su propósito: el 19 de diciembre, el tribunal sentenció que la condición de eurodiputado se logra desde el instante en que se proclaman los resultados de las elecciones.
El 13 de enero de 2020, Puigdemont se estrenó como eurodiputado en el Parlamento Europeo, una decisión que sería objeto de apelación judicial. En 2023, el Tribunal General de la Unión Europea retiró la inmunidad al exlíder catalán, así como a Toni Comín, y sin embargo, el caso permanece abierto, ya que ambas partes están a la espera de la resolución del TJUE sobre su apelación. Notablemente, Puigdemont decidió no postularse en las elecciones comunitarias de junio de 2024 y ya no sirve como eurodiputado.
La formación del Consell de la República
Fue a través de la formación del Consell de la República que Puigdemont pudo materializar su intención de «visibilizar el problema catalán en el centro institucional de Europa». Este organismo se concibe como una versión exiliada del gobierno catalán, y es una entidad privada financiada por donantes privados que tiene como objetivo principal impulsar la causa independentista.
El líder de Junts estableció esta institución en octubre de 2018, y en un corto periodo de tiempo logró acumular más de 100.000 miembros. Además de organizar numerosos eventos a favor de la independencia, Consell de la República ha llevado a cabo otras medidas peculiares, como la emisión de un carné de identidad catalán que costaba 12 euros y cuyo único propósito era simbólico, ya que no puede ser utilizado para ninguna gestión.
Sin embargo, el Consell vive en la actualidad uno de sus momentos más críticos después de que la asociación belga CatGlobal ASB, que ofrece apoyo legal y financiero a la organización, denunció que su vicepresidente, Toni Comín, ha hecho uso de fondos de la organización para cubrir «gastos personales». Una presunta irregularidad que el Consell se comprometió a investigar hace un mes.
Un incidente que resalta la falta de seriedad de la organización liderada por Puigdemont ocurrió en octubre, cuando una pregunta sobre si el líder separatista debería respaldar la investidura de Pedro Sánchez fue sometida a votación. A pesar de una mínima participación del 4%, se decidió que no debía hacerlo. Sin embargo, como se evidenció en noviembre de 2023, Junts finalmente decidió dar su apoyo.
La polémica sobre la amnistía y la fotografía con Cerdán
Luego de que Alberto Núñez Feijóo, presidente del PP, no lograra ser investido como presidente en septiembre de 2023, el PSOE inició oficialmente todos sus esfuerzos para asegurar que Pedro Sánchez continuara en la Moncloa.
Los socialistas desestimaron cualquier posibilidad de amnistía a los líderes del procés después de las elecciones del 23 de julio, pero finalmente conceder esta medida de gracia resultó ser la clave de las negociaciones con los independentistas.
Por último, se difundió una fotografía nunca antes vista el 30 de octubre: Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE, con Carles Puigdemont en Bruselas. En este punto, el Ferraz abandonó su estrategia de silencio y empezó a discutir públicamente sobre una amnistía en favor de la «convivencia» en España.
Puigdemont, por su parte, se consolidó como un interlocutor crucial en las conversaciones para la formación de un nuevo gobierno. En el acuerdo firmado por Junts y el PSOE, los independentistas lograron que el Ferraz admitiera que en España podría haber habido casos de lawfare (politización de la justicia) contra los líderes del procés.
Las conversaciones para establecer la propuesta de ley de amnistía no fueron sencillas. A medida que avanzaban las decisiones judiciales, el proyecto de ley tuvo que adaptarse. Este fue el caso de la resolución del juez de la Audiencia Nacional, García Gallardo, para investigar a Puigdemont por supuesto terrorismo, alegando que estaba vinculado con la organización Tsunami Democràtic. No obstante, dicho caso fue finalmente desestimado debido a un error procedimental.
Finalmente, en el marco legal se estableció que los delitos de terrorismo también podrían ser amnistiados siempre y cuando «no violen los derechos humanos». Este aspecto generó discusiones, al igual que las acciones judiciales.
En mayo de este año, el Congreso de los Diputados finalmente aprobó la ley de amnistía, luego de su suspensión y posterior devolución por el Senado a la Cámara Baja. El 11 de junio, la ley fue publicada en el BOE, y algunos de los condenados por el procés, como el exconseller de Interior Miquel Buch y el exescolta de Puigdemont, Lluìs Escolá, empezaron a ser amnistiados, así como 46 policías procesados por los sucesos del 1-O.
Sin embargo, a pesar de la constancia de la Abogacía del Estado y la Fiscalía General, aún está en duda la aplicación de la amnistía en los casos pendientes en el Supremo. Tras determinar que los delitos de malversación por los líderes del procés no son perdonables, el Tribunal Supremo planteó una cuestión de inconstitucionalidad al Tribunal Constitucional.
Adelantándonos a la implementación de la ley, el 12 de mayo se llevaron a cabo elecciones históricas en Cataluña. Fue la primera vez en más de 40 años que el bloque independentista no obtuvo la mayoría. El vencedor de las elecciones fue el socialista Salvador Illa, quien probablemente será investido próximamente.
Carles Puigdemont se postuló para la presidencia de la Generalitat como representante de Junts, dando indicios cada vez más fuertes de que su regreso a España era inminente. El ex presidente fue el segundo candidato con más votos, quedando a tan solo siete escaños de los socialistas. Sin embargo, Puigdemont expresó firmemente sus planes de continuar con la investidura, pues creía ser capaz de acumular «una mayoría coherente» para volver al cargo. No obstante, aunque no ha conseguido lograr esa mayoría, Salvador Illa sí lo ha hecho.