El aumento de cabras salvajes en Montserrat plantea retos de conservación y gestión.

Temas cubiertos
Un ecosistema en equilibrio
La montaña de Montserrat, un emblemático paraje natural de Cataluña, alberga una población significativa de cabras salvajes (Capra pyrenaica). Estas cabras, que se han convertido en un símbolo de la fauna local, requieren una gestión cuidadosa para mantener el equilibrio ecológico de la zona.
Según el Departament d’Agricultura de la Generalitat, se han contabilizado 439 ejemplares en el último censo, un número que ha aumentado ligeramente en comparación con el año anterior. Este crecimiento es un indicativo de las buenas condiciones del hábitat, aunque también plantea desafíos en términos de conservación y manejo de la especie.
El censo y su importancia
El censo de cabras salvajes se realiza anualmente y es fundamental para entender la dinámica poblacional de estas especies. A través de observaciones directas, se determina el número ideal de ejemplares que puede soportar el hábitat sin generar conflictos con otras actividades humanas. Este proceso no solo ayuda a mantener la población de cabras en un nivel sostenible, sino que también permite a los gestores del medio ambiente implementar estrategias adecuadas para su conservación. La información obtenida es crucial para asegurar que la presencia de estas cabras no afecte negativamente a la flora y fauna local.
Retos de la gestión de la población
A pesar de que la población de cabras salvajes en Montserrat no ha alcanzado su capacidad de carga, el Departament d’Agricultura advierte sobre la necesidad de seguir gestionando la especie. Para 2025, se prevé continuar con la concesión de permisos para la captura de ejemplares, lo que contribuirá a establecer un equilibrio ecológico. Esta gestión es esencial para evitar que la población se expanda más allá de sus límites naturales, lo que podría resultar en daños al ecosistema y conflictos con las actividades humanas, como el senderismo y la agricultura.
Avistamientos y experiencias de los visitantes
Los excursionistas que visitan Montserrat a menudo tienen la oportunidad de avistar estas cabras en lugares icónicos como la ermita de la Santa Creu y la Creu de Sant Miquel. Estas experiencias no solo enriquecen la visita, sino que también generan un interés creciente por la fauna local. La fotógrafa Pau Ferrer, quien ha documentado la vida silvestre en la montaña, destaca la belleza y singularidad de estos animales, capturando momentos que reflejan su interacción con el entorno. La presencia de cabras salvajes se ha convertido en un atractivo turístico, lo que subraya la importancia de su conservación.