El festival LEM se bifurca en dos partes y presenta obras innovadoras.

Temas cubiertos
Un legado de música experimental
Desde su inicio en 1994, el festival LEM ha sido un pilar fundamental en la difusión de la música experimental en Barcelona. Fundado por el Laboratorio de Música Desconocida de Víctor Nubla y Juan Crek, este evento ha evolucionado a lo largo de los años, adaptándose a los cambios en la escena musical y cultural de la ciudad.
En su 30ª edición, el festival se presenta como una plataforma vibrante que atrae tanto a aficionados como a nuevos públicos, reafirmando su relevancia en el panorama musical contemporáneo.
Una edición especial y bifurcada
Este año, el LEM se distingue por su formato bifurcado, comenzando con una primera parte que se desarrollará hasta el 24 de mayo, seguida de una segunda fase en octubre.
Esta estructura permite una mayor diversidad en la programación, ofreciendo a los asistentes una experiencia más rica y variada. La inauguración de esta edición estuvo a cargo de Alfredo Costa Monteiro, un artista que ha sabido captar la atención del público con su propuesta innovadora.
Fragmentos de olvido: una experiencia sonora única
Durante su actuación en el Museu de la Música de Barcelona, Costa Monteiro presentó «Fragments d’oblit», una pieza electroacústica que explora la sonoridad de instrumentos históricos. Esta obra, compuesta a partir de grabaciones de una colección que normalmente permanece oculta, invita a la introspección y a la reflexión. Los asistentes, sentados en cajones que, aunque estéticamente agradables, no eran del todo cómodos, se sumergieron en un viaje sonoro de aproximadamente 50 minutos. La pieza se caracteriza por su combinación de tañidos metálicos y caligrafías rasgadas, creando un ambiente que oscila entre lo aéreo y lo tormentoso.
Un diálogo entre el pasado y el presente
La obra de Costa Monteiro no solo es un homenaje a los instrumentos que utiliza, como un piano de cola de 1795 y un órgano eléctrico de 1985, sino que también establece un diálogo entre el pasado y el presente de la música. La exposición «Fragments d’un segon oblit», que acompaña su actuación, se puede visitar en el museo hasta noviembre, ofreciendo una visión más profunda de su trabajo y su relación con la historia musical de Barcelona.
Un festival que invita a la reflexión
El LEM, a lo largo de sus 30 años, ha demostrado ser más que un simple festival de música; es un espacio de reflexión y exploración. La atmósfera creada por las obras presentadas invita a los oyentes a sumergirse en sus propios pensamientos y emociones, generando un estado de ánimo único donde la calma y el abismo coexisten. Este enfoque introspectivo es lo que ha permitido al festival mantenerse relevante y atractivo para diversas generaciones de amantes de la música.