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Crítica: Los Chicos Están Bien. La rareza de los Oscar

Con los Oscar a la vuelta de la esquina, uno entiende que algunas de las nominadas estén donde están (Origen, Toy Story 3, Valor de Ley), pero otras se le escaparían al más pintado (The Fighter).
Los Chicos Están Bien encajaría más en el segundo grupo.

Y es que se trata de una película que, efectivamente, está bien.
Tristemente no pasa de ahí, y se queda en un continuo deseo de arranque que no termina de materializarse nunca, entre decisión estúpida de los personajes y momentos genuinamente entrañables.

Personalmente no habría nominado Los Chicos Están Bien a ninguna categoría: Ni las actrices maduras se me antojan especialmente interesantes, ni Mark Ruffalo o los actores jóvenes destacan por sus fabulosas interpretaciones.
Por su parte, el guión pega unos giros incomprensibles en cualquier otro filme y en cuanto a la mejor película… No, simplemente no se lo merece.
Tampoco entiendo muy bien los criterios para nominarla.
Es cierto que combina muy bien el drama con la comedia, en una balanza casi perfecta, y que la historia tiene un punto de partida interesante (los hijos de una pareja de lesbianas conocen al donante de esperma del que salieron), pero esta se va volviendo farragoso hasta el punto en el que nadie sabe muy bien qué hacer con él.
Son las dos mayores virtudes del filme, que por lo demás se queda un poco en tierra de nadie.
Ni deja la sensación de ser la gran película indie del año, ni es brillante con la excepción de un par de escenas.
Creo que el mayor fallo de Los Chicos Están Bien está en su guión, un guión que funciona bien en sus partes cómicas y no tan bien en las dramáticas por culpa de un volantazo pegado en la mitad de la película que se soluciona con un deus ex machina excesivamente condescendiente con el público.
No es el único fallo del guión: Hay personajes cuyo propósito en la trama es nulo (como el amigo de Láser, que de pronto desaparece sin dejar rastro) y nunca conseguimos identificarnos del todo con nada de lo que vemos en pantalla.
No es que la película sea un despropósito, ni mucho menos: Es un filme elegante, bien realizado y con buenas interpretaciones, pero obviamente se le va a juzgar con mucha más dureza por ser una película en la carrera por la estatuílla dorada.
Los Chicos Están Bien es una buena película que podría haber estado mucho más refinada de lo que está, especialmente en unos momentos dramáticos que pasan por el filme de puntillas y a los que debería haberse dado más importancia.
Los Chicos Están Bien pretende ser una película sutil, no pegar puñetazos al espectador con la obviedad de las tramas, pero sin embargo nos preparan tanto para lo que va a suceder que, cuando sucede, sabe a poco (por ejemplo, la relación de Joni con su amigo Jai o Láser rompiendo amistad con Clay).
Quizá un par de escenas más le habrían venido bien a la película, por más que agradezca que, por una vez, un filme se quede corto y no se alargue innecesariamente hasta la naúsea.
En conclusión: Los Chicos Están Bien es una película decente a la que el traje de los Oscar le queda definitivamente grande.
Aunque sabe combinar como pocas el arte del dramedia, cuando llega la hora de deslumbrarnos y hacer que nos impresionemos con algo en el filme, no sabe hacerlo, quedándose en una historia anecdótica con trampas de guión innecesarias.
Podría haber sido mejor, pero se deja ver.
No es poco hoy en dia.
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