Un fracaso: el estreno americano de El Oso Yogui no se puede definir de otro modo.
20 millones de dólares en una semana se antoja una cifra demasiado pobre para una película que ha costado 80 millones de dólares sin contar la promoción y que, encima, cuenta con la ayuda del incremento del precio de las entradas en las ya inevitables tres dimensiones.
Ni siquiera la participación de Justin Timberlake como BooBoo y Dan Aykroyd como Yogui han ayudado a traer público a las salas en su país de origen.
Veremos lo que pasa en España a partir del 18 de febrero.
Los origenes del personaje nos llevan ni más ni menos que a 1958, fecha en la que Hanna-Barbera (estudio de animación responsable también de Los Picapiedra, entre muchas otros) creó la serie, que ha estado en antena intermitentemente durante más de 40 años.
La adaptación al cine, que corre la suerte de “clásicos” como Los Vengadores o Los Angeles de Charlie, tiene una premisa de lo más simple: Yogui y BooBoo harán lo que haga falta para que el Ayuntamiento no cierre Yellowstone, el parque al que van a robar comida día sí, día también.
Qué pereza señores.
No os perdáis esta extensa galería de imágenes y posters que nos confirma que, por muy bien hechos que estén los osos protagonistas (que lo están), algo termina de fallar en su integración en los escenarios reales.
Algo que ya pasó en las dos películas de Alvin y las Ardillas y que sigue sin arreglarse un par de años después.
Una pena.
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