“Eh, tengo una idea para vender Primal, nuestra apuesta por el terror australiano.
¿Por qué no ponemos en el tráiler todos los tópicos que se nos ocurran? A ver: Jóvenes excursionistas, sustos creados por el volumen traicionero de la música, tetas, baños intempestivos, sangre, demonios… ¿Nos dejamos algo? No cabe duda de que vamos a triunfar”.
Algo parecido a esto debieron pensar los que crearon la errónea campaña publicitaria de Primal, el nuevo filme del desconocido Josh Reed que aún no cuenta con fecha de estreno en ningún sitio.
La película empieza 12000 años en el pasado (secuencia para la que el director tuvo que photoshopear de manera individual 300 frames), donde un hombre de Neandertal es consumido por una presencia sobrenatural.
Ahora, seis amigos campistas han ido a parar al mismo lugar, y poco a poco todos empiezan a consumirse a sí mismos, hasta que alguno de ellos decida entrar en las cuevas y salvarse… si es que es posible.
Los aficionados al gore disfrutarán de su sesión de sangre, y los que gustan de ver este tipo de filmes mientras apuestan quién será el siguiente en una sucesión de tópicos pueden estar tranquilos, porque el filme no da para más.
Así, Primal se convierte en la película ideal para dejarse llevar.
Y no es poco hoy en día.
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