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La cruel y difícil vida de Keanu Reeves, un actor que va más allá de la fama de Hollywood

Su padre era un geólogo que maltrataba a su madre y a su hermana, le humillaba públicamente y, aunque las abandonó a los dos años.

La vida de Keanu Reeves ha sido todo lo contrario de lo que podríamos imaginar de un famoso actor de Hollywood. De hecho, Reeves ha sido catalogado como el único actor atípico de Hollywood que se haya podido imaginar.

La cruel y difícil vida de Keanu Reeves

El estilo de vida que lleva este magnate está completamente fuera de la realidad de todos los estereotipos que marcan la industria del cine. Y es que, según los expertos, nunca han conocido ni documentado una historia de vida como la de la estrella de Matrix.

Sólo los fans y verdaderos seguidores de este hombre saben que su vida no ha sido nada fácil. Nacido el 2 de septiembre de 1964 en Beirut, Líbano, sufrió una infancia muy dura.

Su padre era un geólogo que maltrataba a su madre y a su hermana, le humillaba públicamente y, aunque las abandonó a los dos años, siguieron viéndolo hasta los seis.

La madre tuvo que trabajar como stripper en clubes nocturnos para mantener a sus hijos. Durante este proceso, Keanu tuvo tres padrastros, que por desgracia también le trataron muy mal.

Ahora tiene una buena relación con su madre y le agradece que se haya hecho cargo de él.

Los constantes cambios de ciudad provocaron a este galán de Hollywood una serie de problemas en la escuela. No era un buen estudiante e incluso tuvo dislexia temporal durante todo el instituto.

Fue en Canadá donde su vida empezó a cambiar un poco

Cuando todo empezaba a funcionar en la interpretación teatral, se enteró de que su hermana pequeña, Kim Reeves, padecía leucemia. Fue uno de los momentos más difíciles de su vida.

Sin embargo, consiguió librarse de la enfermedad durante el resto de su infancia. Empezó a rodar algunos anuncios y películas para la televisión, y una de ellas fue Mi Idaho privado, donde participó con su mejor amigo River Phoenix. Esta película los unió aún más.

Su amistad fraternal los había convertido en hermanos; sin embargo, en 1993, River fue encontrado muerto por una sobredosis. Reeves todavía se culpa de la muerte de su gran amigo; cree que podría haberlo evitado estando más cerca de él.

Tras la pérdida de su mejor amigo, la vida parecía mejor para él incluso con su pareja Jennifer Syme, con la que tendría una niña llamada Ava.

Sin embargo, las circunstancias del destino le llevaron a una nueva pérdida, ya que Ava murió en el vientre de su madre en su octavo mes. La muerte de su hija no nacida lo devastó. Y aún en medio de la tristeza por la pérdida de su hija, y en pleno rodaje de Matrix en 1999, se produciría una tragedia más…

Fue una noche de fin de semana cuando el mundo entero fue notificado del terrible accidente en una autopista de Los Ángeles, en el que moriría su prometida Jennifer.

Lleno de dolor y tristeza, terminó el rodaje de Matrix, y no se le volvió a ver con una pareja sentimental.

Al parecer, no ha podido superar la marcha de los grandes amores de su vida. Y desde ese momento fue reconocido por algo más que la actuación: su gran corazón.

Es sabido que el protagonista de Constantine tiene una fortuna de algo más de 350 millones de dólares, y que gran parte de ella se destina a donaciones a hospitales oncológicos, estudios científicos y otras organizaciones benéficas.

Nunca veremos a Reeves en plena excentricidad disfrutando de una vida lujosa y cara. De hecho, vive en un sencillo apartamento en Nueva York y se pasea como cualquiera de nosotros. Se viste con la ropa más sencilla y anodina, viaja en metro y come en lugares públicos populares.

En una ocasión celebró su cumpleaños de forma muy sencilla. Entró en una cafetería y compró una magdalena con una vela y una taza de té; y cuando se disponía a encender la vela para celebrarlo, algunos fans se acercaron para saludarle y hacerse fotos con él. Él accedió de la mejor manera posible e incluso les invitó a comer una magdalena con él.

Hay quienes afirman que el actor de 52 años sufre una terrible depresión, que es la razón de su estilo de vida y apariencia desaliñada, teoría sostenida por la mayoría de los especialistas del mundo del cine; sin embargo, él los ha callado en más de una ocasión con esta simple frase: «Muchos necesitan la felicidad para poder vivir, yo no».

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Contacto:
Sandra Prieto

Comunicadora Social y Periodista. Editora - redactora.

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