El bebé que falleció tras el bautizo ortodoxo en Rumanía tenía líquido en los pulmones tras los resultados que arrojo la autopsia.
Un bebé de 6 meses de edad fallece durante su bautizo, en Rumania. Esta es una conocida ceremonia de una tendencia ortodoxa de la iglesia. El menor, al ser sumergido en tres ocasiones al agua sufrió de un infarto fulminante.
La Fiscalía ha abierto una investigación en contra del sacerdote que celebraba el rito.
Bebé muere en Rumania durante su bautizo
Este bautizo ortodoxo que se emplea como un rito en Rumanía, en este caso, trajo la muerte de un bebé.
Y esta ceremonia consiste en sumergir a los bebés por tres ocasiones en una pila bautismal llena de agua bendita. Por ello, se hunde al infante una vez en nombre del Padre, otra en nombre del Hijo y la última por el Espíritu Santo y así, sucedió el infarto fulminante.
Quienes no contemplan este tipo de ritos religiosos, en muchas ocasiones suelen consternarse por la brusquedad de las imágenes cuando se surmengen a los bebés. Sin embargo, esta es una tradición no mundana y avalada por la iglesia ortodoxa del país. En la cual, su proceder viene desde hace mucho tiempo, incluso desde varios siglos atrás.
El bebé que falleció tras este bautizo fue trasladado de forma inmediata al hospital. A pesar de esto, falleció hora después. En la autopsia se reveló que el recién nacido de 6 meses tenía líquido en los pulmones. Por ello, la Fiscalía de Rumanía abrió una investigación por homicidio involuntario en contra del sacerdote que llevó a cabo la ceremonia.
Un portavoz ortodoxo en Rumanía, de nombre Vasile Banescu. Tras lo sucedido, manifestó que se mostraba a favor de flexibilizar la tradición. Indicó: «si los padres saben que su bebé es muy frágil, que nace prematuramente, no es una emergencia bautizar a un niño, a pesar de las tradiciones establecidas a los 40 días».
Además, comunicó que los sacerdotes deben estar abiertos a las conversaciones con los padres ante este tipo de circunstancias. Aclaró que como se trata de un hijo… El cristianismo y sus celebraciones deben estar enfocadas hacia una alegría y no a un trauma. En cambio, otros como el arzobispo Teodosio, líder de la rama tradicional de la Iglesia, insiste en que el ritual no se debe modificar.
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