Se le conoce como el barrio 'zombie' porque decenas de personas en sus calles son adictas a los opioides.
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La droga y la violencia son las principales protagonistas de este distrito de Filadelfia que ha convertido sus calles en una película de terror.
Kensington, el barrio ‘zombie’ de Filadelfia
La calles repletas de basura y un gran número de personas afectadas por el consumo de heroína o el fentanillo deambulan sin rumbo por las calles de Kensington, sin saber muy bien a dónde ir.
Claro que también existen personas dispuestas a hacer negocio y ofrecer kits anti-sobredosis, también personas que tuvieron familiares que fallecieron en este barrio y que confiesan que «Todos los que estamos por aquí somos adictos».
Alrededor de 300 personas viven sin hogar en la ciudad y decenas de personas son adictas a los opioides desde hace años por culpa del abuso de las recetas y más tarde de los llamados opiáceos sintéticos.
Kensington, el barrio ‘zombie’ de Filadelfia es solo una muestra de la crisis por drogas
El consumo de drogas es considerado ya una crisis sanitaria en Estados Unidos, con unas 300 personas muriendo al día a causa de sobredosis. Especialmente en las zonas rurales, el problema se ha agravado a causa del coronavirus y la gente que vive en los barrios afectados confiesa que cada vez hay más gente que «viene aquí y ya no vuelve jamás a su casa».
“Se inyectan agujas en brazos, cuello y entre los dedos de los pies. Cojean y cabecean. Algunos están tirados en el suelo y parecen estar muertos”, describía The New York Times en 2018 al hablar de Kensington.
La crisis por el consumo de drogas en Estados Unidos convierte a barrios como Kensington en Filadelfia en barrios ‘zombie’
El abuso de los opioides se ha disparado en las dos últimas décadas en el país, tanto que el 80% de muertes por sobredosis son causadas por esta droga. Así mismo, los adictos a los opioides han acabado viviendo en las calles con casas improvisadas de cartón o con casas de campaña.
El fentanilo es uno de los opioides que más se consumen en la zona, utilizado para potenciar los efectos de otras drogas. Se trata de uno de los más potentes, más fuerte que la morfina. Muchas dosis, que pueden comprarse por apenas cinco dólares, pueden provocar una sobredosis mortal.
Entre sus efectos más inmediatos se encuentran sedación, problemas respiratorios y deficiencia visual, además del cansancio, entre otras consecuencias que agravan la salud de las personas.
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