El pasado lunes, la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil llevó a cabo la detención de Víctor de Aldama, implicado en el ‘caso Koldo’, junto a otras trece personas. Esta acción se enmarca en una investigación sobre una supuesta estafa que habría causado un perjuicio a la Hacienda pública de 182 millones de euros en el ámbito de los hidrocarburos.
Entre los arrestados se encuentra Claudio Rivas Ruiz-Capillas, considerado por los investigadores como un individuo clave en la operación. Su relevancia se atribuye a dos aspectos: su conexión con Aldama y su aparente participación en diversas irregularidades en la industria del petróleo y gas.
La UCO llegó a estas conclusiones tras examinar uno de los dispositivos móviles hallados en el hogar de Aldama. Los análisis revelaron que Aldama asistió a Claudio en la obtención de un permiso de armas para la caza, una de sus aficiones, tal y como se evidencia en las fotografías que ha obtenido El Independiente. Además, se descubrió que, el 14 de junio de 2022, Aldama investigó a Claudio en registros policiales, donde encontró que existían pesquisas en su contra realizadas por la UCO. Dos semanas más tarde, Aldama se presentó en las oficinas de la UCO para indagar sobre la naturaleza de la investigación relacionada con Rivas. Este comportamiento fue etiquetado como «atípico», lo que llevó a que se notificara esta conducta a la cadena de mando superior de la UCO.
Claudio Rivas está asociado con la empresa Villafuel, que se dedica a la comercialización de combustibles. Mientras tanto, Aldama funcionaba como intermediario con proveedores internacionales, facilitando contactos para llevar a cabo la evasión del IVA. Posteriormente, Rivas y Aldama creaban empresas para el comercio de combustible, las cuales desaparecían rápidamente para eludir el pago del IVA.
El lunes, los miembros de la Guardia Civil realizaron una operación en la que examinaron una propiedad en Cáceres, relacionada con Rivas, situada dentro de un coto de caza.
