La contratación de Ainhoa Ozaeta genera un intenso debate ético en la UPV.

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La polémica contratación de Ainhoa Ozaeta
La reciente decisión de la Universidad del País Vasco (UPV) de contratar a Ainhoa Ozaeta, quien fue jefa del aparato de extorsión de ETA, ha desatado un torrente de críticas y cuestionamientos éticos.
Ozaeta, condenada en 2014 por su papel en la organización terrorista, ha sido incorporada al departamento de Economía y Gestión de la universidad, lo que ha llevado a la asociación de víctimas del terrorismo, COVITE, a manifestar su profunda preocupación.
Reacciones de COVITE y la sociedad
COVITE ha calificado esta contratación como «un despropósito preocupante». En un comunicado, la presidenta de la asociación, Consuelo Ordóñez, ha exigido al rectorado de la UPV que actúe con «mayor seriedad y rigor» en sus procesos de contratación. Ordóñez ha enfatizado que, aunque legalmente puede ser posible que una exjefa de ETA sea profesora tras cumplir su condena, la decisión carece de ética y estética. La rapidez con la que se gestionó su incorporación, justo después de su salida de prisión, ha sido calificada de «anómala».
El impacto en las nuevas generaciones
La preocupación de COVITE se centra en el mensaje que esta decisión envía a las nuevas generaciones. Ordóñez ha señalado que es «gravísimo» que los jóvenes puedan tener como referente a una persona que no ha mostrado arrepentimiento por sus crímenes. La UPV, además, cuenta con otros representantes de la izquierda abertzale en el mismo departamento, lo que plantea interrogantes sobre los valores que se están transmitiendo a los estudiantes. La figura de Ozaeta, quien fue teniente alcalde de Andoain durante años de violencia, añade una capa adicional de complejidad a esta situación.
La defensa de la libertad académica
Por otro lado, algunos defensores de la libertad académica argumentan que, una vez cumplida su condena, Ozaeta tiene derecho a reintegrarse en la sociedad y ejercer su profesión. Sin embargo, este argumento se enfrenta a la dura realidad de su pasado y a las heridas aún abiertas en la sociedad vasca. La discusión sobre su contratación no solo toca aspectos legales, sino que también plantea cuestiones morales sobre la responsabilidad de las instituciones educativas en la formación de valores en sus estudiantes.
Un debate que trasciende lo académico
Este caso ha puesto de manifiesto la tensión existente entre la libertad académica y la ética en la educación. La UPV se encuentra en el centro de un debate que no solo afecta a su comunidad, sino que también resuena en toda la sociedad española. La pregunta que muchos se hacen es: ¿qué tipo de referentes queremos para nuestros jóvenes? La respuesta a esta cuestión podría tener repercusiones significativas en la forma en que se aborda la memoria histórica y la educación en valores en el futuro.