Las islas exigen un modelo turístico que respete su entorno y cultura

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La manifestación de ‘Canarias tiene un límite’
Este domingo, las siete islas de Canarias se unieron en una manifestación masiva bajo el lema ‘Canarias tiene un límite’. La protesta, que reunió a aproximadamente 22.840 personas, según estimaciones de la Delegación del Gobierno en Canarias, se llevó a cabo en un contexto de creciente preocupación por el impacto del turismo en el archipiélago.
En Santa Cruz de Tenerife, el grito de ‘Clavijo, escucha. Canarias está en la lucha’ resonó entre los participantes, quienes exigían un cambio en el modelo turístico actual.
Participación masiva y demandas claras
Tenerife fue la isla con mayor participación, con alrededor de 15.000 manifestantes, seguida de Gran Canaria con 5.000, Lanzarote con 2.000, y otras islas como La Palma y Fuerteventura que también se sumaron a la causa.
Los asistentes portaban carteles que reflejaban sus preocupaciones: ‘Es hora de despertarnos, nos jugamos el futuro de nuestra casa’ y ‘Por un mar limpio, no más vertidos’. Estas frases evidencian la urgencia de una acción colectiva para proteger el entorno natural y social de Canarias.
Un modelo turístico insostenible
La plataforma organizadora de la manifestación ha señalado que, a pesar de las numerosas protestas, las instituciones han ignorado sus demandas. La ‘turistificación’, la especulación y la desigualdad son algunos de los problemas que enfrentan las islas, que se sienten cada vez más limitadas por un modelo económico que prioriza el turismo masivo. Helena Espinosa, representante de ATAN, enfatizó que no están en contra del turismo, sino que abogan por un modelo que controle la cantidad de visitantes, dado que las islas ya están colapsadas.
Demandas de cambio y sostenibilidad
Entre las diez demandas principales de los manifestantes se encuentran la paralización de proyectos destructivos, una moratoria hotelera real, y la implementación de energías renovables sin expoliar el territorio. Además, exigen la protección de espacios naturales y la creación de una ley de restauración ambiental. Estas demandas reflejan un deseo de restaurar el equilibrio entre el desarrollo turístico y la conservación del patrimonio cultural y natural de Canarias.
Movilizaciones en todo el archipiélago
Las movilizaciones no solo se limitaron a las islas, sino que también se llevaron a cabo en ciudades como Granada, Valencia, Barcelona y Madrid, así como en Berlín. Esto demuestra que la lucha por un turismo sostenible en Canarias ha resonado más allá de sus fronteras, uniendo a personas de diferentes lugares en una causa común. La creciente preocupación por el impacto del turismo en el medio ambiente y la calidad de vida de los residentes es un tema que merece atención y acción inmediata.