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Así es el SIBO, el desequilibrio microbiano que afecta nuestra salud

Así es el SIBO, un desequilibrio en el intestino delgado que provoca una mala absorción de nutrientes, afectando nuestra salud.

Sibo qué es

El equilibrio de nuestra flora intestinal es crucial para la digestión adecuada y la absorción de nutrientes, además de desempeñar un papel vital en nuestra salud general.

Sin embargo, hay momentos en los que este equilibrio puede verse alterado, llevando a condiciones que afectan el bienestar del sistema digestivo.

Una de estas afecciones, aunque menos conocida pero cada vez más discutida en el ámbito médico, es el SIBO (Sobrecrecimiento Bacteriano del Intestino Delgado).

Esta condición plantea una serie de desafíos tanto en diagnóstico como en tratamiento.

¿Qué es el SIBO?

El SIBO, que son las siglas para «Sobrecrecimiento Bacteriano del Intestino Delgado» (en inglés, Small Intestinal Bacterial Overgrowth), se refiere a una condición en la que hay un crecimiento excesivo de bacterias en el intestino delgado.

Normalmente, el intestino delgado tiene relativamente pocas bacterias en comparación con el intestino grueso.

Sin embargo, en personas con SIBO, la cantidad y/o tipo de bacterias en el intestino delgado es anormal.

La alteración en la flora intestinal a causa de estas bacterias puede desencadenar un conjunto de síntomas digestivos ambiguos.

Sin embargo, los profesionales de la salud expresan preocupación sobre la frecuencia con la que se diagnostica esta afección, y su autodiagnóstico, dada la escasez de pruebas de detección confiables.

Es más, el auge del SIBO en las redes sociales es notable, con individuos compartiendo sus experiencias personales, estableciendo autodiagnósticos o sugiriendo remedios para aliviar los síntomas.

Causas

Las causas del SIBO pueden ser variadas e incluyen problemas en la motilidad (la capacidad del intestino para hacer los movimientos del tránsito intestinal) del intestino delgado, anormalidades anatómicas, enfermedades subyacentes o uso prolongado de ciertos medicamentos, como los inhibidores de la bomba de protones.

Síntomas y diagnóstico

Según los expertos, los síntomas habituales del SIBO pueden incluir: distensión y/o hinchazón abdominal; dolor o malestar abdominal; diarrea o estreñimiento; flatulencia; fatiga y malabsorción de nutrientes.

En casos severos, incluso puede haber deficiencias nutricionales.

El diagnóstico adecuado del SIBO se enfrenta a desafíos significativos debido a las limitaciones de los métodos actuales, destaca Francisco Guarner, especialista en digestología y colaborador en el comité científico del Consorcio Internacional del Microbioma Humano.

“Es un asunto controvertido. Hay personas que no están siendo atendidas correctamente”, indica.

Tradicionalmente, se ha usado el aspirado de líquido intestinal mediante endoscopia para analizar la presencia y tipo de bacterias.

Aunque Guarner recalca que es un procedimiento complejo y que el cultivo tarda.

Alternativamente, está el test de aliento. Este consiste en administrar lactulosa [un tipo de azúcar] que es fermentada por bacterias, produciendo gas.

Si se observa un aumento de hidrógeno en el test, se interpreta como SIBO y se prescribe antibiótico, explica.

Sin embargo, Guarner advierte que este método puede resultar en diagnósticos erróneos:

“Muchas personas con molestias abdominales son sometidas a este test y, si es positivo, se les administra antibiótico, lo que puede alterar aún más su microbiota.

Hay un exceso de diagnósticos”, critica.

El tratamiento puede incluir antibióticos, cambios en la dieta, y en ocasiones, procinéticos (medicamentos que ayudan a mejorar la motilidad del intestino).

Es importante tratar cualquier condición subyacente o factor predisponente para prevenir la recurrencia del SIBO.


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