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Madre defiende a su hija: «Es una víctima de agresión sexual

"la chica había golpeado a su compañero dos veces en la cara y él le había tocado el sujetador varias veces."

Esta historia ocurrió en un colegio privado, y tiene como protagonista y víctima a una chica de 15 años de un instituto de Inglaterra. Quien fue victima de agresión sexual.

Victima de agresión sexual

La madre había sido citada a raíz de una llamada del director para que acudiera físicamente a la escuela porque estaban discutiendo un incidente en el que su hija había estado involucrada.

Una vez que llegó y se encontró frente al director y los profesores, comprendió que algo grave había sucedido: en realidad se trataba de un intento insinuado de acoso sexual.

El comité de profesores se reunió en la presidencia, en la que también estaban presentes un niño, sus padres y la hija de la mujer.

El director le señaló su tardanza, y ella respondió relatando la emergencia que había tenido que atender mientras trabajaba en la sala de urgencias de un hospital.

El director parecía bastante sorprendido y comenzó a relatar el hecho: la chica había golpeado a su compañero dos veces en la cara y él le había tocado el sujetador varias veces.

La mujer entiende inmediatamente que su reacción habría llevado o no a la acusación del chico y a una posible denuncia por acoso sexual contra su hija.

La historia

La madre le pide en primer lugar que le cuente lo sucedido, y ella le confirma que el chico le había tocado el sujetador durante la clase, y que ella lo había denunciado rápidamente al profesor; éste le había ordenado que lo ignorara, pensando que se trataba de una broma debida al aburrimiento, pero entonces se repitió el intento de quitarle el sujetador y la chica, instintivamente, no se lo tomó bien, golpeándole dos veces en la cara.

La madre y el padre del chico parecían mortificados y en evidente estado de vergüenza, mientras que el chico no pronunció palabra alguna: la mujer observó la actitud de despreocupación que había mostrado el profesor, y ninguno de los presentes se disculpó por la ligereza con que la institución escolar, representada por el profesor, había respondido al problema. Por el contrario, parecía más bien que había tenido que suspender todo por las lesiones del chico.

La reacción

La mujer le pregunta inteligentemente por qué no ha detenido al chico a tiempo, y le pregunta cómo se sentiría si ahora le estuviera tocando los calzoncillos o la cremallera del pantalón, si se lo hubiera tomado como una broma o si hubiera visto malicia en el intento de ultrajar su intimidad.

El director le contestó que no sería lo mismo, pero que le aseguraron que no volvería a ocurrir. Sin embargo, la mujer, con razón, se puso nerviosa y les instó a formar mejor a sus profesores, ya que se trata de un colegio católico que requiere cierto tipo de formación. Pidió un cambio de aula para su hija y, mirando al chico, le amenazó con una denuncia por acoso sexual si se repetía el caso.

¿Es correcta la actitud de la escuela?

Sin embargo, queremos detenernos en la actitud de la escuela con respecto a este tema. Aunque la violencia fue leve en comparación con lo que podría haber sucedido, ¿la fuerte reacción fue por parte del chico o de la chica? La junta de profesores de la época consideró culpable a la chica porque el acto se había notado visiblemente y había causado daños físicos al chico. Pero, ¿qué pasa con el acoso sufrido por la chica, que no conocía al joven y se sintió invadida en su intimidad?

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Contacto:
Sandra Prieto

Comunicadora Social y Periodista. Editora - redactora.

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