Óliver está en el trono de Mujeres y Hombres y Viceversa un poco preocupadillo porque su Carmen de su alma y Jacquie no están sentadas en su silla.
Las dos han estado en el reservado hablando de él y nos ponen lo que han estado diciendo.
Jacquie le pide que se replantee todo lo que está diciendo y haciendo y concluye diciendo que se va a sentar en plató “a ver la película” y que ella no está para ser segundo plato de nadie.
Y entra por fin Jacquie, vestida de azul marcando pezones (Óliver se lo dice), y ponen anuncios.
Por cierto, hoy estoy viendo el programa con un amigo que vive fuera de España, y está flipando en colores con los elementos.
Yo intento explicarle, pero es duro si no estás puesto en esto (explicarlo a alguien que no sabe de qué va demuestra lo absurdo que es esto).
Óliver al volver de publi dice que Jaquie tiene una mirada superfuerte y no puede resistirla, y Virginia comenta (celosa ella) que si se tiene que quitar el sujetador se lo quite para que también la mire a ella y compara sus pechos con los de Jacquie, “las mías son chiquititas pero matonas”.
Vemos después a Carmen en su reservado y lo que dice es que si ella hubiera sabido lo que se sufre en este programa a lo mejor ni hubiera hecho el casting.
No paran de enfocar a Virginia, con su cara de lista y de “me lo llevo”, pero Carmen, que llega mala a plató le pide que si le tiene que dar caña que se la de.
Óliver intenta convencer a Carmen de que no está buscando pretendientas y que “me faltaron patas pa correr detrás y darle un beso”.
Él dice que claro, que besará a la que pueda, pero la pretendienta comenta que ella no besa a nadie.
“Desafortunadamente para ti yo soy el tonista y puedo besar a la gente, tú no puedes”.
Al final Óliver se pone bruto, “tú me gustas a mí, yo te gusto a ti ¿quieres quedarte?” ella dice que sí y él termina con “pues ya está”.
“Que sí hijo, que me quedo ¿alguna pregunta más?”.
Y se quedan las dos.
