Como ya lo habíamos visto en los numerosos avances que os habíamos dejado, el último episodio de Fringe ha sido de lo más intenso.
Una buena manera de crear aún más suspense y expectación antes del parón de 8 semanas que coge la serie.
Esperando su regreso el 1 de abril con un episodio titulado “Peter”.
Y es que, aunque el capítulo de este jueves no estaba dedicado al hijo de Walter, la trama central (y la sorpresa final) están relacionadas con el pasado de los protagonistas y la otra dimensión.
Todo empieza cuando parece haber un terremoto en un barrio de Nueva York.
Un hecho algo extraño que despierta la curiosidad del FBI.
Una curiosidad que se transforma en estupefacción cuando descubren que no ha sido un terremoto sino la aparición de un edificio entero de la otra dimensión encima (literalmente) de uno de ésta.
Después de investigar, Olivia y los demás se dan cuenta de que, como se lo advirtió William Bell, Newton ha intentado abrir una puerta entre las dos dimensiones y el resultado ha sido una colisión entre los dos universos.
Algo que, según recuerda Walter, ya había pasado cuando él y Bell habían abierto una puerta con sus experimentos pasados.
En ese momento, los dos científicos se dieron cuenta de que, como la naturaleza necesita equilibrar las energías, si había un movimiento en un sentido tenía que existir el mismo movimiento en el otro.
¿Qué significa eso? Simplemente que, como ha llegado un edificio del otro universo, va a desaparecer uno de este.
Para evitarlo, Olivia, Peter y Walter deciden volver a experimentar sobre Olivia con cortexiphan, como cuando era una niña y Walter y Bell habían conseguido aumentar sus percepciones para que viese los objetos provenientes “del otro lado”.
Para ello, deciden ir a Jacksonville (de ahí el nombre del episodio), donde habían experimentado con Olivia cuando era niña.
Pero el experimento fracasa ya que Olivia no es capaz de sentir el mismo miedo que cuando era niña.
Por suerte, cuanto más se acerca el momento de la desaparición del edificio, más miedo le entra y, al final, consigue ver la luz que envuelve los objetos que vienen del otro universo.
Y, lógicamente, consigue salvar a la gente que iba a desaparecer con el edificio.
Pero, para aumentar más el suspense, la sorpresa final del capítulo no es esa.
La sorpresa viene cuando Olivia y Peter deciden ir a tomar unas copas después de estos momentos de tensión y Olivia se da cuenta…de que Peter también tiene la luz.
Olivia comprende que Peter viene del otro universo.
Y allí acaba el capítulo.
Tendremos que esperar unas semanas para saber exactamente lo que va a pasar.
Pero este intenso final confirma un par de cosas.
La primera es que la serie es realmente interesante cuando habla de los diferentes universos, el pasado de Olivia, los secretos de Walter o los sentimientos de Peter (que casi besa a Olivia) y no cuando se centra en una investigación secundaria.
Y lo segundo es que el personaje de Peter quizás sea el más interesante de la serie (después de Walter) ya que su inocencia y su extraña figura (no conoce su secreto) resultan muy atractivas para el espectador.
Esperemos que, como indica el título del próximo episodio, se le empiece a dar más juego cuando vuelva la serie.
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