Parecía que se había recuperado, pero su última aparición en público nos hizo temer lo peor.
Pocos se han sorprendido.
Amy Winehouse ha muerto a los 27 años de edad.
La hayaron ayer sin vida en su piso de Candem, en Londres.
Y aunque este es el destino que suelen encontrar muchos genios de la música, siempre sorprende y shockea a la gente que alguien muera tan joven.
Pero la vida de Amy no era sana ni para su cuerpo ni para su mente.
El peor concierto de su vida también se ha convertido en el último.
Resulta lamentable y muy triste que nuestro último recuerdo de ella fuese esa imagen tan vergonzosa que dio en los escenarios de Belgrado.
Muchos fans son hoy los que lloran su muerte, y más todavía los que no pudieron disfrutar de su voz en concierto en esta gira, parada por el pésimo estado de salud de la cantante.
Hace menos de dos meses comentamos que Amy había entrado a rehabilitación por decisión propia.
Pero su fuerza de voluntad no ha sido suficiente.
Muchos quisieron brindale ayuda, pero el espíritu de Amy ya estaba carcomido.
Posiblemente, ya estaba muerto hace tiempo.
Y no había nada que hacer.
Amy contaba con un don: una voz espectacular.
Y para la historia quedarán sus canciones.
Supongo que ahora saldrá un disco póstumo, con la música que ella misma compuso pero que no le admitieron por no tener la calidad que una voz de su categoría.
Muerto el artista, nace el mitmo.
¿Sabéis quiénes más murieron a los 27 años? Otro de los grandes, Kurt Cobain, al igual que Jimmy Hendrix, Jim Morrison o Janis Joplin.
Será que los 27 es una edad maldita para el mundo de la música.
Amy Winehouse entra por tanto en el Club de los 27 (27 Club o Forever Club), un club de lo más tétrico que recoge a los grandes artistas muertos a esa edad.
Le decimos así adios a una gran cantante que vió perturbada su vida por el abuso de las drogas, la mala influencia de sus compañías, y una mala aceptación de la fama.
Amy Winehouse quedará en nuestro recuerdo como una gran voz que lamentablemente no volverá a sonar de nuevo.
