Con lo mal que le van las cosas últimamente a Lindsay Lohan, ahora lo que le faltaba era quedarse calva, pobrecilla.
Pero es el resultado de la mortal combinación de drogas, alcohol, mucha vida nocturna y poca comida decente.
Iba a decir que Lindsay estará “que se tira de los pelos”, pero no creo que esa expresión sea la más acertada, puesto que no le hace falta tirarse de ningún sitio porque se le caen solos, y así lo cuenta un allegado a la actriz, que dice que la pobre está perdiendo el pelo a puñados.
Lilo ha pasado por varios cambios drásticos de color, el último hace poco para su última película, y que le costó estar once horas metida en la peluquería sometiéndose a varios procesos de decoloración para adquirir ese rubio “pollo-platino” que tan felices hace a las estrellas juveniles como ella y su amiga Britney Spears.
Eso, sumado a que ha vuelto a ponerse extensiones a pesar de que su propio pelo está tan debilitado que no pueden ni agarrárselas bien, ha dado lugar a que digan que se puede saber si Lindsay ha estado en algún sitio por el rastro de pelos que va dejando a su paso.
Y para colmo de males, como si no tuviera bastantes disgustos con su, ahora sí ahora no, novia Samantha Ronson, o precisamente por eso, a Lilo le ha dado por hacer una extraña “dieta de los líquidos, que consiste básicamente en sobrevivir a base de Red Bulls y bebidas de ese tipo.
No me extrañe que con tamaña falta de vitaminas se le acabe “viendo el cartón” en el cuero cabelludo.
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