Por fin hemos conocido el expulsado de la semana en Gran Hermano 12 y el desafortunado ha sido Anup.
Las traiciones y la imagen de falso que se ha ido forjando el indio le han llevado a ser el más votado para abandonar Guadalix, para el gran alivio de Laura que temía que fuese Marcelo el expulsado.
La de Parla estaba más tensa que cualquiera de los tres nominados y no ha podido disimular ni un poquito su enorme alegría saltando, literalmente, sobre el Malaguita.
A Laura le aterrorizaba separarse de Marcelo y también que pudiera ser por una nominación que pidió como consecuencia de una de sus enormes y habituales broncas.
Unos salen y otros entran.
Cinco concursantes entrarán en la casa para elegir a dos que finalmente volverán a formar parte del concurso (uno votado por el público y otro, por sus compañeros).
Los primeros concursantes en ser repescados han sido Chari, Óscar y Yago.
La rubia se ha mostrado muy crecidita en plató porque dice haber encontrado mucho apoyo en la calle y a pesar de que al principio dijo no querer entrar, parecía que le había tocado la lotería.
La cara de Rubén, en cambio, ha sido todo un poema.
Mi duda es si le sabe mal porque no cree que su ex novia se merezca una segunda oportunidad, porque cree ser otro de los repescados y la idea de convivir al menos una semana con Chari le aterroriza o porque se muere de los celos al saber que su ex vivirá con dos de los chicos que reconoció que le atraían.
Óscar por su parte, nada más sentir su nombre, ya ha vuelto a ser el chico que se cree guapísimo y que intenta ser gracioso –sin mucho éxito, para qué engañarnos- permanentemente, cosa que incluso Mercedes Milá le ha recordado antes de entrar.
Yago, mucho más moderado, me parece uno de los repescados más justos.
¿Qué hay de malo en ser estratega en Gran Hermano? Prefiero eso a la mala representación de Patricia en sus Mundos de Yupi.
