La controversia sobre la extracción de lobos en Cantabria y su impacto en la ganadería

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La situación actual del lobo en Cantabria
En Cantabria, la gestión del lobo ha generado un intenso debate entre la conservación de la especie y la protección de la ganadería. Recientemente, el Gobierno de Cantabria ha reportado la extracción de nueve lobos, parte de un plan que permite un total de 41 extracciones para la temporada 2025/2026.
Esta medida ha sido objeto de críticas y defensas, reflejando la complejidad del equilibrio entre la biodiversidad y las actividades económicas locales.
Impacto en la ganadería local
La consejera de Desarrollo Rural, María Jesús Susinos, ha enfatizado que la extracción de lobos es necesaria para mantener la población de la especie en un nivel sostenible.
En 2024, se registraron 2.681 ataques de lobos, resultando en la muerte de 3.233 cabezas de ganado. Estos datos subrayan la presión que los lobos ejercen sobre los ganaderos, quienes ven amenazada su actividad económica. La consejera ha afirmado que el objetivo no es exterminar al lobo, sino encontrar una forma de coexistencia que permita a los ganaderos continuar con su labor.
Controversias y tensiones entre ecologistas y ganaderos
La tensión entre ganaderos y ecologistas se ha intensificado, especialmente tras la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria de desestimar las medidas cautelares solicitadas por la asociación ecologista Ascel. Esta decisión reafirma la postura del Gobierno de Cantabria sobre la necesidad de realizar extracciones para garantizar la viabilidad de la ganadería extensiva. Sin embargo, los ecologistas argumentan que la protección del lobo es crucial para mantener el equilibrio ecológico y que las extracciones pueden tener consecuencias negativas a largo plazo.
El futuro de la gestión del lobo en Cantabria
La gestión del lobo en Cantabria se enfrenta a un futuro incierto. La necesidad de encontrar un equilibrio entre la conservación de la especie y la protección de la ganadería es más urgente que nunca. Las decisiones que se tomen en los próximos meses serán fundamentales para definir la relación entre estos dos sectores. La colaboración entre ganaderos, ecologistas y el Gobierno será clave para desarrollar estrategias que permitan una convivencia armónica, asegurando tanto la protección del lobo como la sostenibilidad de la ganadería en la región.