La maldición de la ouija: el caso Cañitas

Apenas creemos las historias de fantasmas, pero el caso de Cañitas, ocurrido en México, tuvo trágicas repercusiones en sus protagonistas.

Cuento para la noche de Halloween o argumento para una película de terror, el caso de Calle Cañitas, Ciudad de México, ha sido muy discutido. Un simple juego con el que pasar el tiempo habría derivado en una serie de desgracias que afectaron a todos los participantes.

El caso Cañitas

Estamos en 1982. El padre Thomas ha estado durmiendo durante horas cuando el teléfono comienza a sonar. Despertado por el trino en medio de la noche, el sacerdote responde. Poco después, el padre Thomas murió bajando las escaleras debido a una caída.

Carlos Trejo se comunicó con él por teléfono. El niño le pidió al cura que fuera inmediatamente a su casa porque algo malo estaba pasando. El chico, junto a su novia, sus dos hermanos menores, su hermana, su pareja y otros amigos, habían decidido pasar la velada juntos.

El tablero de ouija

Después de varias actividades, decidieron desafiar al destino con una tabla Ouija. La mesa aparentemente inofensiva resultó ser una desgracia. El grupo decidió comunicarse con el exnovio de Norma, la hermana de Carlos, quien murió en un accidente automovilístico. Pero algo salió mal. Comenzaron a ocurrir episodios inusuales y sin sentido. Puertas golpeando, vidrios rotos, luces apagándose. Manuel, el actual novio de Norma, empezó a tomar una actitud extraña, a decir cosas raras, con una voz que no era la suya, como si fuera otra persona hablando por él. Asustados por los fatales sucesos que estaban sucediendo, los niños huyeron rápidamente de la casa.

La maldición de la calle Cañitas 51

Carlos regresó a la casa al día siguiente pero continuaron sucediendo hechos anómalos sin explicaciones verosímiles y reales. Sobre todo fue la presencia de un espíritu , una sombra negra y encapuchada , lo que despertó la mayor preocupación. Este espíritu visitaba a la familia Trejo todas las noches, deseando y prediciendo todo mal. Aquellos que asistieron a esa sesión ese día murieron en los próximos años en circunstancias inusuales e inesperadas. La esposa de Carlos también murió. Por esto el Trejo decidió salir de casa. El intento de venderla también salió mal. El comprador falleció camino a firmar el contrato.

Explicación

Intrigado por el motivo de esos hechos, Carlos comenzó a investigar la casa hasta que descubrió que el edificio había sido construido sobre un cementerio de los Monjes de Tacuba . Esta orden era conocida por sus prácticas poco ortodoxas hacia los incrédulos y pecadores, quienes eran torturados y luego asesinados.

Invención o realidad

La historia puede parecer bien enmarcada en creencias y coincidencias, lo cierto es que las muertes de los presentes en la sesión han despertado el interés de numerosos periodistas y demonólogos. Muchos de ellos fueron al número 51 de la Calle de Cañitas para investigar un poco. Esto solo se sumó al número de muertos. Algunos de ellos murieron de hecho en circunstancias anómalas: suicidios, episodios de locura.

Viviendo con los espíritus

Carlos Trejo lleva varios años viviendo en la casa maldita. Dice que es personal. Un asunto entre él y el espíritu. Los hechos que ocurrieron durante esa noche maldita se relatan en detalle en un libro escrito directamente por él. La casa está abierta a todo el que quiera visitarla siempre y cuando no se tomen fotos de su interior, de su dueño y no se mencionen fantasmas.

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