Hay que ver lo que le gustará a un hombre disfrazarse de mujer y aprovechar la ocasión para hacerse la ligerilla de cascos.
El relevo esta vez en dicha tarea lo ha cogido el guapísimo Jude Law, famoso por ser actor y por acostarse con las niñeras de sus hijos.
Y no lo hará para celebrar los próximos carnavales, sino que el cambio de look tan radical ha sido a consecuencia del papel que interpreta en la película Rage, de la directora inglesa Sally Potter (y no, no tiene nada que ver con el niño mago).
En dicho film el actor dará vida a una modelo travesti, dentro de una trama en la que se cuenta la historia de varios individuos vinculados al competitivo mundo de la moda en Nueva York y en la que que la investigación de un asesinato pondrá patas para arriba ese universo de glamour y frivolidades.
Aunque Jude nos tiene acostumbrados a papeles en los que ejerce más de seductor, lo cierto es que el tema de la peluca y las uñas postizas no parece habérsele dado muy mal del todo.
Esperemos que no le haya cogido el gustillo, que hombres como éste siempre tienen que estar en circulación, y deberían ser nombrados patrimonio de la humanidad.
O de la feminidad.
Los colectivos gays me van a odiar por injusta… Bueno, patrimonio en general.
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