En esta ocasión el modelito de Lady Gaga ha conseguido la dificilísima y ardua tarea de que ninguno de los elementos que lo componen combinen ni tengan nada que ver entre sí.
El vestidito parece realizado con los restos del guatiné de la bata de su señora madre, y tiene unos sospechosos abultamientos en las caderas que nos hacen pensar que a lo mejor le han trasplantado el culo de Beyoncé.
Lo siguiente que nos llama la atención del conjuntito, por su tamaño, es la pamela.
Totalmente desproporcionada, en color negro, hace que la cantante parezca alguna suerte de seta salvaje y exótica.
Los zapatos, de tiras y plataforma, son de charol, y en colores burdeos, naranja, azul y negro.
Ha sido complicado que con tantos colores no combinaran con nada más, arruinando así el cuidado estilismo de Lady Gaga (sigue leyendo para ver la foto del modelo completo).
El bolso… ¡Ay el bolso! Una cartera de mano de color gris indefinido que a mí me sugiere que la cantante le dio un sopapo a alguna ancianita para conseguirlo.
Pero lo mejor de todo el conjunto, sin duda alguna, es el paraguas que la cantante lleva en su mano izquierda.
Con un estampado de pata de gallo, Lady Gaga quiere demostrarnos que el futuro y el pasado pueden yuxtaponerse en un mismo estilismo sin ningún criterio.
Quedar, queda como el culo, pero ella va tan contenta…
