La sorpresa negativa de este año en Granjero Busca Esposa es gallega y se llama Santiago.
El chico que prometía ser el más romántico e inocente, ha acabado descubriéndose como un lobo con piel de cordero.
Y ya se sabe que esos son los más peligrosos.
Hemos descubierto muchas cosas de Santi hoy.
En primer lugar, se saltó a la torera (y eso que es del norte…) las normas del programa y contactó con Eli a través de una red social antes de que fuera a la granja.
De esa manera, desde el segundo día ya compartían cama y actividades nocturnas.
Ahora entendemos esa frase de Eli, paradigma del romanticismo moderno, de “las sábanas olían a vaca”…Por otro lado, Eli acusa a su granjero de serle infiel y de “irse con una tía de la discoteca delante de sus narices”.
Efectivamente, estamos ante la relación más madura de la edición.
Santi se ha defendido como ha podido.
Y lo cierto es que ha podido bastante mal.
Según él, Eli no es la chica trabajadora que esperaba e incluso se arrepiente de no haber elegido a Ivana.
El granjero ha dejado caer, por cierto, un comentario de bastante mal gusto sobre “lo que será madrugar en Andalucía”.
Primer topicazo…Además, el gallego asegura que la chica no había olvidado a su ex novio y chateaba diariamente con él.
Y hablando de su ex novio, nos tenemos que autofelicitar por dar en el clavo desde el primer programa, cuando no nos creímos que la cara de un tipo tatuada en su espalda, y el nombre de “Ismael” donde la espalda pierde su nombre, fueran de su padre.
Como sospechábamos se trataba de la ex pareja de Eli, y suponemos que ella cometió semejante barbaridad bajo los efectos de un amor enfermizo o del alcohol, porque no encontramos más explicación.
Sea como fuera, lo fuerte es que Santi lo sabía todo.
Lamentamos lo ocurrido por Eli.
Aunque ella ha sido cómplice de las infracciones, realmente parece la víctima de todo lo sucedido.
El consuelo es que ninguna persona puede compensar vivir entre tanta mentira.
