Se iba a armar tarde o temprano.
Se veía.
Y es que el mercado actual de Vídeo Por Demanda no puede coexistir, según se quejan los cines.
Es por ello que en EEUU se ha comenzado un movimiento por parte de los exhibidores contra un mercado que aquí en España nos cuesta siquiera imaginar: El de las películas de estreno llevadas a tu casa por un módico precio.
No, no me refiero a Cinetube.
Me refiero a algo con calidad.
El problema es el siguiente: Universal, Sony, Warner y Fox han anunciado que entre sus planes entra la posibilidad para los usuarios de ver las películas semanas después de su estreno en salas por un precio que puede ser más o menos atrayente: 30 dólares, ideal para un gran grupo de amigos o familias numerosas.
Y claro, los cines se han quejado de que eso les fastidia la exhibición.
Por ello, la NATO (Asociación Nacional de Propietarios de Cines) está amenazando a los estudios con no estrenar los blockbusters de este verano (poniendo como ejemplo básico Harry Potter y las Reliquias de la Muerte, parte II) y dejarles solos a su suerte, como queja por este floreciente mercado.
Basicamente, lo que han dicho es que entre estrenar una película que no respeta su modelo de mercado y otra que sí, se irán antes con la que respeta su modelo de mercado.
Aunque parece poner trabas al futuro, lo cierto es que es fácil entender tanto a los cines, que van a perder mucho dinero en un mercado bastante dañado de un tiempo a esta parte, como a las productoras, que obviamente están interesadas en buscar nuevas posibilidades de negocio.
Pase lo que pase, el que sale perdiendo es el consumidor, tristemente.
Si se sientan a hablar y llegan a un acuerdo, este conllevará muy probablemente un incremento del precio en las entradas.
Pero si no llegan a un acuerdo, los cines tendrán que cumplir su órdago y no estrenar los blockbusters del año.
Las espadas están en todo lo alto.
Solo espero que no bajen tan rápido como para asesinar a alguien sin querer.
Vía
