Si os quedasteis con ganas de que compartiesen más pasión y escenas en Brokeback Mountain, a partir del 7 de enero podréis ver a Anne Hathaway y Jake Gyllenhaal al frente de la comedia romántica con toques dramáticosAmor y otras drogas.
Edward Zwick, un director con pretensiones de grandeza que tiene en su currículum títulos más (Diamante de sangre, Leyendas de pasión) o menos (Resistencia, El último samurai) efectivos, es el responsable de la adaptación al cine de la novela autobiográfica de Jamie Reidy, Hard Sell: The Evolution of a Viagra Salesman.
Maggie es un espíritu libre que no permitirá que nada ni nadie la ate en su día a día hasta el día que encuentra su pareja ideal en Jamie, un atractivo hombre de 30 años que no duda en usar su infalible encanto con las chicas y en el ambicioso mundo de las ventas farmaceúticas.
Lo que en principio empieza como una relación basada en el sexo y en la facilidad, acaba convirtiéndose en una relación de verdad.
Sus obstáculos: la dedicación al trabajo de Jamie y un secreto que guarda Maggie a su amigo y pareja: sufre una enfermedad degenarativa.
Cuando mezclas tramas como ésta, la de un más o menos clásico romance actual con una de enfermedad y superación personal, las cosas se pueden poner complicadas.
¿Dónde está el equilibrio? ¿Cual de las dos subtramas lleva el peso de la película? Si nos fiamos de las primeras críticas que han aparecido en la prensa americana, la película de Zwick no ha sabido dar con el tono adecuado.
Aquí una de las más críticas: “un drama romántico enormemente artificial y empalagoso, sin un momento de realidad creíble.
(…) La película se acerca más a una comedia de situación tensa que a una historia de amor conmovedora.
Una pena, porque en manos de un director y guionista más hábil la película podría haber dado mucho más de síLeer más sobre Amor y otras drogasVía
