David Fincher, Darren Aronosfky o Christopher Nolan.
El mundo del cine puede no estar atravesando la mejor época de su historia pero cada vez tengo más claro que hay una línea de grandes sucesores a los Spielberg, Scorsese y Eastwood que dejarán de hacer cine en los próximos años.
Cineastas revolucionarios, ambiciosos y originales y que, en el caso de Aronofsky, han sido capaces de levantarse después de tropiezos importantes como el de The Fountain.
Tras recuperar el cariño de la crítica y la industria con la aclamada The Wrestler, el director de Réquiem por un sueño estrenará el 1 de diciembre el thriller con toques fantásticos Black Swan, una película que situa a su protagonista Natalie Portman como una de las más claras candidatas al Oscar al mejor actriz de 2010.
La película, que ha recibido unas excelentes críticas en dos festivales tan influyentes como Toronto y Venecia, sigue los pasos de Nina, una bailarina que se verá envuelta en una trama de competitividad e intriga iniciada por una nueva y joven rival en la compañía.
Mila Kunis (The Book of Eli) dará vida a la perfeccionista bailarina rival, mientras que Vincent Cassell (Irreversible) y Barbara Hershey (Retrato de una dama) serán el director del ballet y la madre de Portman, respectivamente.
Winona Ryder completa el reparto de una cinta que se parece a Showgirls menos de lo que su sinopsis pueda apantar con un papel que todavía no ha sido anunciado.
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