La idea que tiene Kristen Stewart sobre interpretar este papel se reduce a fruncir mucho el ceño y no lavarse el pelo, dice un crítico de su giro dramático e independiente Welcome to the Rileys.
Esa hilarante y cruel crítica no se corresponde con las buenas críticas que la actriz recibe por películas alejadas fuera del universo Crepúsculo (con The Runaways y Adventureland como mejores ejemplos), pero viene a describir la actitud de Stewart ante su inevitable estrellato por culpa de su papel de Bella: no le gusta, no lo entiende y no quiere tener nada que ver al respecto.
No hay más que ver las entrevistas y el aspecto de Stewart en su día a día para ver que la actriz ni quiere ni puede ser la clásica estrella, lo que no es bueno ni malo.
Que la protagonista de la saga más mojigata y conservadora de los últimos años haga de stripper en su nueva película es toda una declaración de intenciones.
Que esté acompañada por dos grandes como James Gandolfini (Los Soprano) y Melissa Leo (Frozen River), también.
La pareja de veteranos actores da vida en la segunda película como director de Jake Scott, hijo del director de Alien y Blade Runner, a un matrimonio a punto de irse al garate por culpa de la muerte de su hija.
Esa situación, que estadísticamente se ha demostrado aumenta las posibilidades de un divorcio en la pareja, se suaviza cuando aparece en sus vidas una joven dolida y necesitada de cariño.
Como ellos.
Cinco escenas acompañan el estreno, con decentes críticas (54% de comentarios positivos), de una película que puede verse desde el pasado viernes en los cines americanos y que, como es habitual en las producciones independientes, aún tendrá que esperar unos meses para ver qué pasa con su distribución española.
El casting y la presencia de Stewart al frente del proyecto deberían poner las cosas más fáciles, pero tampoco es que The Runaways funcionase maravillosamente bien en España… Tiempo al tiempo.
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