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El Movistar Arena y el control del sonido en conciertos

El recinto madrileño implementa medidas para proteger a los vecinos durante conciertos.

Tecnici al lavoro per il suono nei concerti al Movistar Arena
Scopri come il Movistar Arena gestisce il suono durante i concerti.

El desafío del sonido en eventos masivos

El Movistar Arena, conocido anteriormente como WiZink Center, ha estado en el centro de la controversia tras interrumpir el segundo concierto de Myke Towers debido a la superación de los niveles de sonido permitidos.

Este incidente ha puesto de manifiesto la importancia de establecer límites sonoros en eventos masivos, no solo para el disfrute de los asistentes, sino también para el bienestar de los vecinos que residen en las cercanías del recinto. La normativa establece un límite de 102 decibelios en las bandas de subgraves, y la superación de este umbral puede generar molestias significativas en la comunidad.

Protocolos de actuación ante el incumplimiento

Según el comunicado emitido por el Movistar Arena, la decisión de interrumpir el concierto se debió al «reiterado incumplimiento del equipo técnico del artista». Durante el primer concierto, ya se habían registrado niveles de sonido que excedían los límites establecidos, lo que llevó a la dirección del recinto a activar un protocolo de advertencia. Este protocolo incluye la activación de luces como señal de alerta, indicando que si el incumplimiento persistía, se podría llegar a cancelar el evento. A pesar de estos inconvenientes, el segundo concierto continuó sin mayores alteraciones, gracias a la rápida respuesta del equipo de gestión del recinto.

Compromiso con la comunidad

El Movistar Arena ha implementado diversas medidas para minimizar el impacto de su actividad en el entorno. Entre estas, se encuentra la regulación de los horarios de finalización de los conciertos, que deben ajustarse a las normativas locales. La institución ha dejado claro que su compromiso es garantizar que los eventos se desarrollen de manera segura y respetuosa con la comunidad. Esto incluye no solo el control del sonido, sino también la planificación de horarios que no interfieran con el descanso de los vecinos. La colaboración entre promotores, artistas y el equipo del recinto es fundamental para lograr un equilibrio entre el entretenimiento y la convivencia pacífica.

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