El Tribunal Supremo revoca el tercer grado de los presos del procés, a pesar de estar avalado por los jueces penitenciarios catalanes.
El Tribunal Supremo revoca el tercer grado de los presos del procés. El Alto Tribunal cree que la condición de semilibertad es algo «prematura» y aplaza a la administración penitenciaria catalana a revisarla.
Revocado el tercer grado
El Tribunal Supremo revoca el tercer grado de los presos del procés.
Dicha condición de semilibertad estaba avalada por los jueces penitenciarios, pero el Alto Tribunal lo mantendrá retirado hasta que las propias cárceles catalanas revisen el grado penitenciario.
Las prisiones catalanas, la consellería de Justicia de la Generalitat y los jueces de vigilancia penitenciaria habían autorizado el tercer grado a los nueve presos del procés.
El Tribunal Supremo ha revocado dicha medida al ser considerada «prematura» y acusa a la administración catalana de realizar una «inadmisible reinterpretación» de la sentencia.
El Alto Tribunal tumba, también, las salidas laborales de los presos en aplicación del artículo 100.2 del reglamento. En los autos publicados, el Supremo aclara que los presos del procés deberán pasar más tiempo en prisión antes de concederles el tercer grado.
Antes de permitir la condición de semilibertad, se deberá valorar «la evolución del interno y del tratamiento penitenciario», defiende el organismo judicial.
Tercer grado «prematuro»
El tribunal considera que los informes penitenciarios, donde los presos reconocían los hechos por los que habían sido condenados son relevantes, pero insuficientes para llegar al tercer grado.
En el auto, el Supremo considera que el tratamiento penitenciario debe buscar la reeducación y reinserción de los condenados. El Alto Tribunal, por tanto, considera que los presos deberán realizar actividades relacionadas con los delitos de sedición y malversación. Un programa de actividades que había sido descartado por los jueces penitenciarios catalanes al considerar que vulneraban la libertad ideológica de los presos.
El Supremo, como tribunal sentenciador, tiene la última palabra sobre la clasificación penitenciaria de los nueve presos del procés. Por tanto, volverán a un segundo grado estricto dentro de prisión.
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