Hay dos tipos de concursantes en Pekín Express: los que participan disfrutando del viaje y pasándoselo en grande y los que sólo se agobian, gritan y generan mal rollo (léase Alazne, que podría optar a interpretar a la niña del Exorcista en cualquier momento).
Si uno se va al otro lado del planeta a vivir una aventura, que menos que aparcar el espíritu competitivo de vez en cuando y dejarse enamorar por el paisaje y por la gente y, ya puestos, echar unas risas con los compañeros.
Una experiencia así no se vive a diario, así que mejor no desperdiciarla.
Tres parejas han hecho en la etapa de hoy un alarde de buen humor y ganas de vivir la aventura y, de paso, nos han regalado uno de los vídeos más simpáticos de esta edición.
Carla y Miriam, Antonio y Carmela y Fran y Merino se han unido a un baile en la plaza del pueblo, que al parecer es de lo más común en esa zona de China.
Algo así como nuestro botellón pero en versión para todos los públicos.
Cuál ha sido la sorpresa cuando han descubierto que el tema a bailar no era ninguna canción popular china sino… ¡el Thriller de Michael Jackson! A eso le llamo yo globalización: de Los Ángeles a la China rural.
Reconozcamos a los habitantes de Xingping el homenaje al Rey del Pop, que debe estar alucinando desde el otro mundo con estas cosas.
Debo reconocer que estas parejas se van ganando el cariño del telespectador etapa a etapa.
Y nunca hubiera dicho que Miriam y Carla me iban a despertar ese sentimiento.
No son las más simpáticas, ni las más duras, ni las más divertidas y a veces tienen un punto repelente de espanto.
Pero hacen gala de buen humor, compañerismo y empeño.
Fotografía
