Paz Vega está muy, pero que muy embarazada.
Pudimos comprobarlo el pasado viernes en un acto promocional para el que prestó su imagen.
La verdad es que en su sexto mes de embarazo, la actriz está radiante.
No estoy del todo de acuerdo con aquellos que afirman que sigue manteniendo su espectacular figura, o que sólo tiene una “discreta tripita”.
Yo creo que sí que le está pasando factura, como a todas las mortales de este planeta, no hay más que mirarle los brazos y el pecho.
Inmensos es poco.
Pero ella está feliz, que es lo importante.
Y debe de darle totalmente igual lo que se le estropee la figura, teniendo en cuenta la rapidez con la que se recuperó del embarazo de su primer hijo, de nombre Orson, como su padre.
Poco más de un mes después de dar a luz, ya estaba en la playa tomando el sol en tanguita.
Los milagros existen, aunque sea a golpe de talonario.
La actriz dice desconocer el sexo de su bebé, porque prefiere que sea una sorpresa a la antigua usanza, y que se quedará en España hasta que nazca.
Porque aunque en Hollywood sepa moverse como pez en el agua, siente que su hogar está aquí.
Hay que ver lo que tira una buena tortilla de patatas.
Confesó que en el fondo le costó un poco adaptarse a la vida en Hollywood, pero afortunadamente sus esfuerzos por su carrera están dando ya sus frutos, y ha tenido que dejar aparcados varios proyectos cinematográficos para poder centrarse en este segundo bebé que viene en camino.
El trabajo se le acumula a esta guapa sevillana, ya que tiene pendientes de estreno nada más ni nada menos que tres películas: ‘Burning Palms’, ‘The six wives of Henry Lefay’ y ‘Triage’.
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