Todo lo que tiene un principio tiene un final, y por mucho que se esfuercen en estirar CSI Las Vegas como un chicle la realidad es que ninguna serie puede durar eternamente y que siempre es mejor dejarlo en la cresta de la ola.
Decimos esto porque los productores del thriller de la CBS están convencidos en continuar apostando por la serie de la policía científica a pesar de que el público parezca empezar a estar cansado.
De hecho para remontar la audiencia han decidido recuperar el personaje de Jorja Fox, Sarah Sidle, y también han decidido cambiar el vestuario de Laurence Fishburne para darle más atractivo de cara a los espectadores.
La verdad es que cuando años atrás surgió el proyecto de CSI la propuesta impactó por su enfoque innovador.
Y es que el nuevo siglo parecía pedir a gritos un nuevo formato, un nuevo concepto y una nueva serie.
Las premisas eran claras: basta ya de policías que resuelven los delitos a base de puñetazos, persecuciones mortales y héroes semianalfabetos con mucha intuición.
Los nuevos tiempos exigían nuevos métodos y es por ello que decidieron pasar el testigo a la ciencia con su incuestionable verdad.
Ahora, con dos spin-offs en marcha y muchos capítulos a sus espaldas, es indudable que continúa siendo un producto resultón, sobretodo porque los capítulos son autoconclusivos.
Aún así, se necesitará mucha imaginación para sorprender a la audiencia con alguna estructura o trama suficientemente atractiva para combatir el síndrome del “más de lo mismo”.
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