Pocas o casi ninguna pareja de las salidas del reality Mujeres y Hombres y Viceversa parecen estar destinadas a durar.
Rafa y Tamara, que al igual que todas las parejas anteriores, salieron como príncipes enamorados de un cuento de hadas, ya empiezan a notar los estragos que la rutina y la vida cotidiana causan en toda pasión, agravado todo esto por el hecho de que en realidad casi ni se conocen.
Es por eso por lo que han aparecido en el programa de Ana Rosa para contarnos que han decidido no seguir viviendo juntos.
Bueno, si es que se le puede llamar “vivir juntos” al hecho de que él se instalara en casa de Tamara y de su madre.
Al parecer, el pretendiente más narcisista del programa echa de menos su tierra, su gente y, sobre todo (y pesar de que me da vergüenza ajena escribirlo) su gimnasio.
Sólo un par de buenas mancuernas son capaces de interponerse entre Rafa y la llamada del amor.
Al menos Tamara puede estar tranquila, mejor un par de mancuernas que un par de tet… (¿se puede decir …”mancuernas” en el blog?).
La propia Tamara ha justificado a su musculitos: “Cuando sales del programa, sales muy ilusionada, pero yo tengo 22 años y Rafa 25.
Una persona a la que conoces de una semana, no sabes ni lo que desayuna.
Rafa no tiene aquí ni su gente ni su gimnasio, así que hemos decidido como personas adultas que él se vuelva a su tierra y que yo me quede aquí.
Yo sé que quiero tener a una persona como él a mi lado, porque a pesar de su ego, a mí me valora y me hace sentir importante”.
Rafa en cambio ha sido un poco menos poético a la hora de describir su batacazo con la realidad: “La dinámica del concurso no te permite conocer realmente a la otra persona.
Como yo aquí no tenía nada, me fui a casa de Tamara.
Después de 4 años viviendo solo, me he metido en su casa, con su madre, que es una señora encantadora, pero es que he pasado de 0 a 100 en nada, he pasado a vivir una vida de matrimonio”.
Imagino que eso es suficiente para cortarle el rollo hasta al más pintado.
La cosa está un poco ambigua, porque ni se dejan, ni se juntan.
Sobre los planes de boda, Tamara ha escurrido el bulto diciendo que aún no piensa en ello, y Rafa ha aclarado: “Esto no es nada premeditado, si tiene que surgir surgirá.
Nos estamos conociendo fuera, y ahora es cuando me estoy enamorando de verdad de ella.
No soy sólo físico, tengo un gran corazón, aunque sé que por mi forma de hablar no lo transmito”.
Y para que no nos quedé ninguna duda de que él no sólo es un cuerpo, sino que también “es corazón”, se ha desabrochado la camisa y le ha enseñado el pecho a toda España.
Bueno, si el tamaño del corazón es directamente proporcional al tamaño de los pectorales en los que se aloja, tiene razón.
Tiene un graaaaaan corazón.
Yo comparto la teoría de que no pueden vivir juntos porque en una sola casa no caben espejos suficientes para los dos.
Fotografía
