Después de Hugh Jackman y Jon Stewart, la gala de los Oscar del año pasado, presentada por Alec Baldwin y Steve Martin fue un poco aburrida y con no todo el humor que debería haber tenido.
¿Y este año, a quién le iba a tocar llevar la gala? Unos apostaban por Neil Patrick Harris, otros por el retorno de Hugh Jackman, y hay quien hablaba de Conan O’Brien, pero, finalmente, han sido Anne Hathaway y James Franco los que se han llevado el gato al agua, algo que ha causado un aplauso algo tímido.
Y es que realmente ha sido una decisión estratégica algo extraña para dos personas que absolutamente nadie tenía en sus quinielas de presentadores.
La Academia les ha elegido para ganar audiencia entre el público joven, ya que personifican la próxima generación de iconos de Hollywood.
Ya puestos, podían haber subido al escenario a Zac Efron, Justin Bieber y los Jonas Brothers.
Puestos a meter la pata queriendo atraer al público joven, hagámoslo a lo grande.
A Anne Hathaway, de 28 años recién cumplidos, la hemos visto ultimamente como la Reina Blanca en Alicia en el País de las Maravillas, en Superagente 86 y El Diablo Viste de Prada, y se rumorea que puede ser la próxima Lois Lane en la nueva adaptación de Superman que se está preparando.
Nadie duda de su calidad como actriz, pero… ¿realmente está preparada para presentar los Oscar? Aunque tiene experiencia presentando humor en el Saturday Night Live, quizá los Oscar le queden un poco grande.
En el Saturday Night Live también estuvo James Franco, que estrenará 127 Hours en España el 25 de Febrero y al que hemos visto en películas como Come Reza Ama, Mi Nombre es Harvey Milk, la saga Spiderman o la serie Freaks and Geeks, donde se dio a conocer.
Con 32 años, no cabe duda de que Franco será una de las caras más reconocibles del Hollywood del siglo XXI, y es una elección, cuando poco, curiosa.
La 83 edición de los Oscar, que se emitirá el 27 de Febrero, es posible que cuente con ambos presentadores nominados por sus respectivas películas, algo insólito, curioso y que puede dar para muchas buenas bromas, como en su dia ocurrió con Rosa María Sardá en los Goya.
Algo me dice, eso sí, que los más mitómanos seguiremos echando de menos a Billy Crystal, aún ahora uno de los mejores presentadores de la historia de los Oscar.
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