Un reparto en estado de gracia, un protagonista inolvidable y una historia original que se balancea a la perfección entre drama, romance y, sobre todo, comedia: Barney’s version lo tiene todo para encandilar al público.
Ahora sólo falta que el premio del público recibido en el festival de San Sebastián ayude a que los espectadores decidan a ver una película que consagra definitivamente a Paul Giamatti como uno de los mejores actores del mundo.
Dustin Hoffman, Rosamund Pike, Minnie Driver y Scott Speedman completan el magnífico elenco de la ópera prima de Richard J.
Lewis, especialista en televisión y director y productor de muchos capítulos de C.
S.
I.
El film está basado en la exitosa novela homónima del canadiense Mordecai Richler, un texto que tiene por protagonista a Barney Panofsky: un productor de televisión malhablado, bebedor y fumador consumado, adicto al hockey, y con poca suerte en el campo del amor… o demasiada, porque se acaba casando con tres mujeres espectaculares.
Todo cambia pará el cuando encuentra al personaje de una excelente Rosamund Pike, una mujer a la que Barney conocerá en medio de una boda… la suya propia.
Para Barney eso es lo de menos.
Como curiosidad añadir que Barney’s version es la película por la que Rachelle Lefevre acabó siendo despedida de la saga Crepúsculo al coincidir ambos rodajes por sólo unos días.
Una pena para su bolsillo, pero todo aun acierto para su carrera porque Lefevre aprovecha a la perfección las (pocas) escenas que tiene junto a Giamatti.
Chica lista.
No hay más que ver las cinco escenas filtradas (la del tren y las del cementerio son simplemente geniales) por el estudio para darse cuenta de que estamos ante una película verdaderamente original y divertida, tal y como comenté tras su paso por San Sebastián.
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