×

Mujeres y Hombres y Viceversa: sigue el enfrentamiento entre Tamara y Soraya

Ayer nos llevamos una cucharada más del teatrillo que vienen representando estas dos tronistas en Mujeres y Hombres y Viceversa.
Si el viernes Soraya decía que no sabía si quería continuar con el programa, cuando llegó ayer al plató, eran las sillas de sus pretendientes las que se hallaban vacías.

Me pareció demasiado sospechoso que fuera porque todos hubiesen recobrado de golpe y al mismo tiempo la cordura, el sentido común y el sentido del ridículo.
Y estaba en lo cierto, porque enseguida aparecía Junior (el de los pelos como muelles), que decía que quería cambiar de tronista porque quería conocer a Tamara.

Más que un concurso de citas, esto parece el recreo del cole en el que dos niñas se andan intercambiando cromos.
Al menos aquí Tamara se mantuvo firme y dijo: “Me siento halagada, pero creo que quiere ser mi pretendiente sólo porque Soraya abandona.
Me cae bien, es muy simpático, pero no lo quiero como pretendiente.
No me atrae, nunca me he fijado en él”.

Y por esta vez me encanta que esta chica los tenga tan bien puestos.
A continuación, ha aparecido Soraya, muy compungida y pidiendo disculpas por haber pensado sólo en ella misma y en cómo se sentía.
Estaba claro que había cambiado de opinión respecto a lo de irse del programa (incluso yo diría que cambió de opinión mucho antes de decir que se iba).
Emma le explicó que sentados en el plató se encontraban los miembros de su club de fans para mostrarle su apoyo.
Y yo creo que si esta chica tiene un club de fans, entonces cualquiera puede tenerlo, y de hecho creo que todos deberíamos tener uno que nos levantara la moral cada vez que lo necesitáramos.
Ella, muy divina, los ha saludado como si de Lady Di el día de su boda se tratase y les ha dicho: “Os leo mucho en el foro.
Muchas gracias”.
Y luego hemos visto de qué han sido capaces durante el fin de semana los pretendientes con tal de que Campanilla no tirase la toalla: uno le ha llevado una tuna a la puerta de su casa, otro le ha dejado una rosa en el buzón, otro se ha encadenado a la puerta, otro le ha regalado unos zapatos.
De toda la secuencia me quedo con dos momentos que me han hecho llorar de risa.
El primero cuando Jimy ha llegado en una flamante limusina blanca con el desayuno para su princesita, y se ha encontrado con que ella no estaba en casa.
Se ha quedado hundido, y ha terminado comiéndose él solo las magdalenas… Y el otro en realidad no es ningún momento concreto, sino cada vez que alguno de los pretendientes la liaba y luego, al entrar a la casa para saludar a Sorayita, pillaban a la pobre abuela en bata y tratando de atusarse los pelos para salir guapa ante las cámaras.
Si yo fuera hermana de esta chica, o viviese con ella, aparte de odiarla mucho, viviría encerrada en mi cuarto.
Debe de ser horrible pensar que justo cuando salgas del baño vas a encontrarte algún pretendiente berreando o a algún cámara pululando por allí.
Fotografía

Lea También

Contentsads.com