John Carpenter es uno de los grandes del cine de género de los últimos treinta años, de eso no hay duda.
1997: Rescate en Nueva York, La noche de Halloween, El príncipe de las tinieblas o La Niebla (yo particularmente tengo mucho cariño a la más mainstream Golpe en la pequeña China, una delicia) son películas por las que el señor Carpenter se ha ganado el derecho a ser escuchado, especialmente si no ha estrenado una película en los últimos diez años.
La cinta de terror The Ward pondrá fin a la sequía en los cines americanos el próximo 15 de abril, previo paso por múltiples festivales especializados.
Tristemente, la nueva película de Carpenter situa al director en el grupo de destacados cineastas que no han aguantado el ritmo y han sido incapaz de llegar a la vejez en condiciones similares a las de sus primeras películas.
Tampoco es tan grave, le ha pasado a cineastas más brillantes que él como Francis Ford Coppola o Woody Allen, este último haciendo oídos sordos a las voces más críticas y continuando con su tendencia de estrenar una película al año.
Lo cierto es que la exhibición de The Ward en el último festival de Sitges dejó claras dos cosas: es un director amado y respetado a partes iguales, pero su nueva película decepcionó a todos los asistentes a la muestra.
La historia es la de siempre, la puesta en escena podría ser la de cualquier novato con un mínimo de talento y la agria sensación que deja su final hace que el espectador de la sala salga un tanto mosqueado.
Un regreso tras diez años de descanso merecía algo más.
La película es un thriller psicológico con toques de psychokiller que se desarrolla en una institución mental en la que una mujer joven es perseguida por un fantasma mortal, del que quiere escapar con la ayuda de otras reclusas.
La guapísima Amber Heard encabeza un reparto en el que también aparecen Lyndsy Fonseca, Danielle Panabaker, Mamie Gummer o Jared Harris.
code>Leer más sobre The WardVía
