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Crítica: Inna – I Am The Club Rocker

Entre bajadas de temperatura y resacas baloncestísticas y de los Emmy 2011 nos hemos levantado esta mañana de lunes.
Con todo el palo que supone comenzar una semana, y para todos aquellos que ya anhelan el próximo finde, nos aproximamos al nuevo disco de Inna.

Precisamente, desde hoy 19 de septiembre podemos encontrar a la venta I Am The Club Rocker, segundo álbum de la rumana tras el éxito abrumador de Hot.

Normalmente afrontar un segundo disco tras un buen debut suele ser complicado, por aquello de plantearse si seguir la misma fórmula que te hizo conocido o probar cosas diferentes, por lo de no estancarse.

Independientemente de la repercusión en premios, listas de ventas y radiofórmulas en toda Europa, el reto que asume Inna con este segundo es aún más importante.
El lanzamiento paulatino de singles como Hot, Love, Amazing, Déjà Vu o 10 Minutes y su repercusión por toda Europa hizo que su disco debut, a la venta por primera vez en agosto del 2009, fuese pieza clave, junto a Edward Maya, para que el dance rumano se colocase donde está hoy en día.

Además, lograron abrir las puertas comerciales a gente como Akcent, Alexandra Stan o Radio Killer, por decir algunos.
Con estos antecedentes, nos llega este I Am The Club Rocker auspiciado por los tres singles que ya conocemos.
Aunque del año pasado, Sun Is Up y Un Momento han sido relanzados este 2011, junto al inédito Club Rocker.
Con estos tres singles no era complicado hacerse una idea de por dónde irían los tiros este nuevo disco, una mezcla de sonidos dance rumano y otros más actuales dance house.
Como ya sucediese con su anterior disco, los productores de este I Am The Club Rocker son Play & Win, principales culpables del éxito de la rumana.
Radu Bolfea, Marcel Botezan y Sebastian Barac han producido los trece cortes que forman este I Am The Club Rocker y para el que no se han escondido a la hora de mostrar su intención de buscar abrirse fronteras.
Si con Hot lograron salir de Rumanía y hacer que Europa entera bailase a ritmo de dance rumano, con este disco parece que pretenden dar el salto a Estados Unidos.
Y digo esto no sólo por la obvia colaboración de Flo Rida en Club Rocker, sino por la cantidad de referencias musicales a otros artistas mainstream.
No es complicado pensar en gente como Black Eyed Peas y Katy Perry, por auto-tune y melodía, al escuchar Moon Girl; David Guetta y Nicki Minaj, por algunos beats y el estribillo distorsionado, en We’re Going In The Club, o en esa intro instrumental de guitarra de Endless, uno de los mejores temas del disco, que recuerda a varias producciones de Avicii o al Gregory’s Theme de Basto!.
EndlessAparte de ese intento de abrir mercado, otra de las cosas que han querido Inna y Play & Win es hacer un guiño a España y la acogida que les hemos brindado, aparte de para probar suerte por mercados latinos.
Si ya nos sorprendió hace un año con Un Momento, donde colaboraba Juan Magan, ahora encontramos más guitarra española en ese tema de aromas Café del Mar titulado July u otra canción de titulo en castellano, esa producción dance house latino llamada Senorita.
SenoritaEn resumen, tenemos un disco donde seguimos encontrando dance rumano, pero donde aquella frescura pegadiza ha mutado en referencias internacionales más que conocidas de beats electropop, dance, deep house, pop, y house.
A pesar de esa experimentación, las producciones continúan siendo sencillas y carentes de originalidad, de exigencias vocales más que bajas por lo que se abusa de recursos como el auto-tune o coros y estribillos onomatopéyicos.
A pesar de eso, encontramos melodías ultrapegadizas y de potencial éxito internacional como los mencionados Endless, July, Senorita o la estival Put Your Hands Up.
Algo me dice que tenemos Inna para rato.
JulyFotografía

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