Iván Madrazo fue el ganador de Gran Hermano 10.
Se llevó el famoso maletín pero muy pocas amistades, y es que no sólo fue el concursante más nominado de su año, sino que casi discutió con todos y cada uno de sus compañeros y apenas conserva un par de amigos (Chiqui y Orlando, según cuentan).
Los enemigos con los que limar asperezas en El Reencuentro le sobran, vaya.
Finalmente ha sido Loli, la rubia andaluza y estirada de su edición que acabó liada con Carlos (el otro gran enemigo de Iván) y con el que acabó fatal.
Madrazo no ha empezado con buen pie y es que antes de ver entrar a Loli, había dicho que no la soportaba y luego ha hecho el paripé de decirle que era “una buena noticia”.
Por otro lado, el que está triunfando es Jorge de Las Joyas de la Corona (y compañero de la educadísima Lara…): ha tocado las tetas a Yola y se ha morreado con Sofía Cristo –que se muere de celos de la hija de Bárbara Rey- y Saray le ha hecho tocamientos bajo las sábanas, eso o soñaba que tocaba la zambomba…El chico puede estar contento porque se lo puede seguir pasándoselo bien ya que no ha estado ni nominado.
Quienes no han tenido tan suerte han sido Saray y Gerardo, Vanessa y Verónica y Marta y Coyote, las tres parejas menos votadas de la semana.
Como cada jueves, han sido sus compañeros los encargados de decidir quién volvía a casa y han sido Vanessa y Verónica, que aunque habían quedado empatadas con Saray y Gerardo, el hecho de haber sido votadas por la pareja más querida por el público -Lara y Jorge– les ha puesto de patitas en la calle.
En la casa quedan David y Natalia, cada vez más unidos, y a Vanessa le va a tocar verlo desde casa.
El papel de David no será agradable teniendo en cuenta que, además, tiene a muchos en contra, lo que él denomina “el grupo de Marta López”.
Vanessa no se ha podido despedir de su marido, que ha reaccionado con deportividad al perder en las votaciones.
