Estas aves no tienen nada que ver con los protagonistas de Los pájaros, el tremebundo film de Hitchcock.
Al contrario, esta historia es muy real, no hay ni rastro de graznidos insoportables ni de pajarracos asesinos.
Lee, lee la siguiente frase y enamórate: pintando el cielo de verdes y amarillos increíbles, una preciosa plaga de periquitos llena los cielos de Boulia, una pequeña ciudad del interior de Australia.
Contemplar a miles de periquitos llenando el cielo debe ser alucinante, con sólo pensarlo la imaginación ya se echa a volar.
Y porque me pilla en las antípodas, que si no ya me veo sacándole chispas a la cámara de fotos.
No es para menos, por lo que cuentan quienes han tenido la suerte de verlos.
Rick Britton, alcalde de la ciudad, explica que los periquitos se agrupaban en 5 ó 6 grandes bandadas:Cuando miramos al horizonte, pensábamos que se trataba de humo saliendo de un fuego, pero pronto comprendimos que el horizonte se movía por esta gran masa de aves.
(Traducción libre)Kate y Brian McGlinchey, propietarios de una granja que ofrece habitaciones para desconectar del estrés de la ciudad, ha visto aumentar las reservas por parte de “visitantes vienen sólo para ver los periquitos y oírlos piar”:Nunca habíamos visto nada igual … simplemente se deslizan a lo largo del horizonte.
Es muy hermoso.
Vivimos aquí desde 1983 y nunca habíamos visto nada como esto.
(Traducción libre)Ni los más viejos del lugar recordaban una concentración tan enorme.
Ann Britton los vio desde el coche, con su padre: “Era un milagro que no chocasen unos con otros, nunca vimos tantos juntos”.
Toda una fiesta para los sentidos, que, sobre todo, lo hubiera sido para cualquier periquito enjaulado.
Cuántos de ellos darían su pienso, su agua y su lechuguita por formar parte de tal jolgorio.
Por flotar en el cielo como parte de aquella nube de periquitos, que descendió sobre Bulia, en el estado Queensland.
Aunque, no se quedarían sin comer… porque lo que estas aves nativas de Australia buscan es alimento.
Precisamente, esta es la razón por la que miles de ellas se han reunido en Boulia, donde, por la abundante comida que hay tras las últimas inundaciones, se dan las condiciones perfectas para la cría de aves.
Siguiendo a estos periquitos, que ahora rondan los 3.
000 en los cielos de la ciudad, está formándose otra gran bandada, igualmente variopinta: la formada por observadores de aves y curiosos de todo el país.
¿Nos vamos allá?Vía
