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Crítica: Bitch Slap. Toda la carne en el asador

La distribución española es caprichosa y a veces no duda en privarnos de títulos por razones que quizá nunca conozcamos.
Gracias a festivales como la Semana de cine fantástico de la Costa del Sol – Estepona, podemos disfrutar a veces de estos proyectos de naturaleza menos comercial pero más cercanos al público por razones obvias.

Este es el caso de Bitch Slap, una película con el estilo exploitation como guía de estilo de la que hemos dado buena cuenta en Cinemania Blog, tanto con sus trailers y clips, sus explosivas galerías de fotos o wallpapers y los divertidos anuncios de servicio público.

En definitiva Bitch Slap es un film divertido que se puede resumir como tías buenas repartiendo leches a diestro y siniestro y del que hemos podido ver su versión Extended Epic Edition, en exclusiva para la inauguración de este festival.
La película nos presenta a una stripper, una asesina loca por la velocidad y una ejecutiva agresiva, cuando van a hacerse con el botín de un capo mafioso en un remoto paraje desértico.
Las cosas se complican rápidamente cuando otros criminales llegan también a hacerse con el dinero y comienzan a salir a la luz algunos trapos sucios.
Finalmente el mundo pende de un hilo cuando las chicas se ven obligadas a enfrentarse a un villano más temible de lo que habían imaginado… ellas mismasLa gran baza de la película es sin duda la continua complicidad con el público.
Los juegos con los escotes de la tres protagonistas son al principio poco casuales y al final totalmente descarados.
Los momentos en los que se abandona la trama para dar rienda suelta al divertimento sexy más inocente, pueden conducir a la audiencia a cierto sonrojo inicial si no se prevé que el tono del film no tiene trazas de mostrar rastro alguno de seriedad.
Sin duda alguna, lo más destacable son las peleas a mamporro limpio diseñadas por Zoe Bell, quien también hace las veces de especialista en el film y tiene una breve aparición como derrotada contendiente ante una de las chicas.
El aficionado a las series televisivas Hercules o Xena encontrará divertidos los cameos de Kevin Sorbo o Lucy Lawless acompañada de Renée O’Connor.
El look del film, derivado de la vena exploitation abierta por el Grindhouse de Quentin Tarantino y Robert Rodriguez, ayudan hacer de Bitch Slap un producto consecuente y muy divertido.
A pesar de sus virtudes, la historia que se nos quiere narrar es lo que menos puede agradar al espectador, ya que se trata de un McGuffin enorme para poder llevar las chicas a situaciones de lo más delirantes y poder cambiarles de vestuario en cada escena.
La estructura de flashbacks ayuda a interesar a la audiencia por los motivos de las protagonistas para llegar hasta el desierto pero la resolución dejará a más de uno algo descontento.
Así mismo los medios con los que está hecha la película obligan a tomar alguna decisión estética que deja bastante que desear, teniendo esos segmentos del film dedicados a la explicación de los hechos pasados un aspecto tan barato que deslucen bastante el conjunto final.
Bitch Slap hará sonreír a los fans de la serie Z por su inocencia y quizá aburra a los de la serie B por no alcanzar unos mínimos en cuanto al ritmo y el tratamiento visual de alguno de sus fragmentos.
El divertimento está asegurado afrontando el título con una desvergonzada falta de prejuicios, actitud ante el cine que cada vez cuesta más invocar.
Los años, que no pasan en balde.

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