El beneficio de la duda es algo que, lamentablemente, no siempre se aplica a la hora de juzgar a las personas que nos rodean.
El último capítulo de la sexta temporada de Anatomía de Grey que emitió la cadena ABC viene a constatarlo por diversos frentes, en el final del episodio nos enseñan cómo Izzie Stevens ha juzgado mal a su marido, Alex Karev, Cristina tampoco ha dado el beneficio de la duda a la nueva cardióloga del hospital, Teddy Altman, y todos hemos hecho lo mismo con el jefe de cirugía, Richard Webber.
Vayamos por parte, el capítulo empieza con el regreso del personaje que interpreta Katherine Heigl al hospital, pero no como trabajadora sino como acompañante de un nuevo paciente, un profesor suyo del instituto que sufre demencia.
Izzie recurre a Derek para que le de una segunda opinión y encuentre una cura y, evidentemente, acaba siendo así.
La cuestión es que más allá del motivo que la ha llevado de vuelta al Seattle Grace, su retorno está causando un gran revuelo y desconcierto porque la doctora Stevens no da ningún tipo de explicación ni a sus compañeros ni a su marido.
Cuando finalmente Alex Karev se acerca a su aún mujer para pedirle explicaciones sobre su huida, Izzie le explica que se fue porque se enteró que él fue quien le dijo al jefe que aún no estaba preparada para volver al trabajo después de operación para extraerle diversos tumores del cerebro.
Y le dice que no le puede perdonar que le quitase lo único que le quedaba en la vida, su trabajo.
Pero el giro de la historia está en que Alex le recrimina que no le ha dado el beneficio de la duda a su esposo, en quien debería confiar por encima de todas las personas.
La doctora no se dignó ni a preguntarle y eso es algo que el doctor no le podrá llegar a perdonar.
Y está claro que las razones de Karev son de peso, porque todos hemos sido testigos del sufrimiento y preocupación que ha sufrido en las últimas semanas y la falta de consideración de Stevens hacia su marido.
Otro frente abierto es el de Richard Webber.
Ya hace semanas que comentábamos que no era el mismo de siempre, que había actitudes que se repetían desde el inicio de la sexta temporada que no parecían normales para el jefe de cirugía que conocíamos hasta el momento.
Desde el despido de Izzie Stevens en plena lucha contra el cáncer, pasando por la mala relación con Derek Shepherd y la falta de sensibilidad con la que se tomaba los casos de los pacientes.
Lo que se descubre al final del capítulo New History es que Richard ha vuelto a beber, alguien que ya ha luchó en el pasado contra el alcoholismo.
En los últimos minutos del episodio Meredith y Richard coinciden en el bar habitual de los trabajadores del hospital y deducimos que se ha dado cuenta de lo que está pasando.
Y él también ha tomado conciencia del problema porque ha decidido dejar la cirugía durante un tiempo y que su puesto lo ocupe la doctora Bailey.
La última trama del capítulo que se centra en ese error a la hora de juzgar mal a las personas es el que protagonizan el triángulo conformado por Cristina, Owen y Teddy Altman.
La nueva doctora es un regalo del doctor Hunt a su novia.
Según dice él, le regala una diosa de la cardiología.
Al principio el personaje que interpreta Sandra Oh duda de las habilidades de Altman, quien al final no sólo le demuestra su gran profesionalidad sino que, además, le deja coger el bisturí y darle la oportunidad de experimentar ella misma en la sala de operaciones.
Aunque Cristina deberá irse con cuidado con el regalo que le ha hecho su novio porque aunque éste le explica que tan sólo eran amigos en Iraq la realidad es que la doctora que interpreta Kim Raver está enamorada del doctor Hunt desde su experiencia juntos en el Ejército.
El final del capítulo se lo confiesa y le dice que siempre había pensado que cuando cortase con su novia Beth la llamaría a ella para empezar algo juntos y que ahora que lo ve con Cristina sabe que debe abandonar ese pensamiento.
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