El domingo siete de marzo, los ciudadanos suizos acudirán a las urnas para decidir si todos los cantones del país -similares a nuestras comunidades autónomas- adoptan el ejemplo de Zurich y nombran a un abogado que represente siempre los intereses de las mascotas y los animales de granja ante la Corte de ser necesario.
Algo así como un fiscal anti-maltrato animal, porque ciertamente las otras especies necesitan que las defiendan de nosotros, sino echad un vistazo a los terribles casos de abuso contra perros, gatos, burros y otros animales, que abundan en nuestro país.
Zurich, como ya dije, ha establecido el ejemplo.
Allí, el abogado Antoine F.
Goetschel tiene el honor de ejercer como el único abogado de animales de Europa (al menos el único cuya existencia haya trascendido a la prensa internacional), cuyo trabajo es subsidiado por los propios ciudadanos del cantón, a razón de unos 30 céntimos de euro cada uno.
Que todos los cantones tengan un Goetschel es un paso natural en un país en el que la Constitución prohibe cosas como mantener a cerdos en corrales individuales y a pájaros en jaulas solitarias.
El grupo pro-derechos de los animales Swiss Animal Protection, gracias al cual se reunieron las cien mil firmas necesarias para que se convocase una votación nacional, sostiene que los abusos contra los animales domésticos a menudo no son tomados en serio por las autoridades locales y no llegan a la Corte.
Sin embargo, el gobierno suizo ha recomendado a los votantes que rechacen la propuesta, argumentando que tener abogados para los animales es innecesarios y que las leyes existentes son suficientes.
El debate tomó una nueva dimensión hace dos semanas cuando los fiscales del cantón de Zurich acusaron a un pescador de haber torturado a un lucio grande, porque pescarle le llevó unos 10 minutos.
Goetschel, en su calidad de abogado de los animales del cantón, fue a la corte para representar al pez muerto.
Perdió el caso, pero ganó mucha publicidad para la causa.
Afortunadamente para ellos, la mayoría de la sociedad suiza tiene garantizados derechos básicos como la sanidad o la educación.
Estando en esa posición aventajada, no parece una frivolidad intentar crear mayor consciencia y responsabilidad hacia otros seres vivos.
Un ser humano que sienta empatía y consideración hacia otras especies siempre será un mejor ser humano.
Veremos qué resulta de la votación del domingo.
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